La semana pasada visité Intermoda, el mayor foro de venta de productos textiles de Latinoamérica. En Expo Guadalajara dos veces al año reúne a más de mil marcas de ropa (90% nacionales) que reciben a sus clientes nacionales para surtir las dos grandes temporadas del año. “Tomando en cuenta lo que vende en promedio cada stand, este evento permite facturar unos 5 mil 250 mdp. Aquí en cuatro días venden 80% de su producción”, me explica Jaime Barba de Loza, presidente de Intermoda un evento que cubre 45 mil m2.
Marcas locales como Oggi, LOB, Reyna Díaz, LC Designs o Grupo Moda México compiten por enormes stands con Levi’s o Polo y corners de 14 países invitados. Un hormiguero de 30 mil compradores revisan catálogos, tocan texturas y hacen sus pedidos en un sector, en un mercado interno que hasta que uno no lo ve de cerca, no parece tan boyante.
Y si bien toda la industria manufacturera tuvo una fuerte contracción en 2019 (y el sector textil y de la confección cayó un poco más de 4%), la guerra comercial de EU con China tuvo un efecto positivo en este sector.
Según datos de la Canaintex, los productos textiles exportados representan 19% del total de la cadena textil-confección, con un crecimiento de 4% respecto al mismo periodo en 2018 y representan 88% de las exportaciones registradas al cierre en 2018. Al tercer trimestre, las exportaciones de este sector sumaron 5 mil 341 mdd, siendo EU el destino de 9 de cada 10 productos.
La conferencia de ONU sobre Comercio y Desarrollo publicó antes de la ratificación del T-MEC, el reporte “Efectos del Comercio y del Desvío Comercial”, donde indica que la caída de las exportaciones chinas benefició a la Unión Europea (que sumó 66 mdd en este rubro), Corea (+48 mdd) y en tercer lugar México (+47 mdd), superando a India, Pakistán y Taiwán.
Este sector, tan sensible a la competencia internacional, a la importación informal y a la piratería acaba de recibir esta semana de la SE la renovación de los aranceles de entre 10 a 30% para un total de 500 fracciones diferentes como una manera de protección.
No solo la guerra comercial con China (que comienza a ceder) ayuda a desarrollar el sector textil mexicano, también el T-MEC. El tratado incluye el concepto ‘desde los hilos’ (yarn-forward), que obliga a que lo que se fabrique dentro de los países del pacto debe incluir componentes de los países miembros, comenzando desde el hilo base del tejido. Especialistas en maquila de la confección lo llaman la triple transformación, porque desde el génesis de un producto requiere componentes made in T-MEC.
“A los costos de fabricación, la cercanía y la experiencia de países como México, esto podría ser una diáspora de fabricantes desde Asia a este mercado, que seguirá aumentado su producción en 2020”, dijo en uno de sus últimos análisis el especialista estadunidense Sheng Lu, profesor de Moda y Estudios de Confección de la Universidad de Delaware.
Esta madeja parece que seguirá dando.
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