Hasta las 8 de la noche del domingo, Jesús Seade estuvo al teléfono con sus pares de EU dando seguimiento a los detalles de la incorporación de Canadá al tratado. “Yo no pensé que iba a ser así hasta el final, que íbamos a estar cerrando la incorporación al filo de tiempo, pero esta tensión me permitió meter un punto que no había podido avanzar antes, pero que el domingo quedó: la excepción cultural”, me contó el negociador en jefe del TLC del gobierno de transición.
En la transacción final, los canadienses hicieron concesiones en el sector lácteo (industria compleja y con muchos apoyos estatales) y a cambio retuvieron dos beneficios muy importantes para ellos: soluciones de diferencias y cultura.
En el primero es la revisión de cuestiones por ejemplo de dumping a través de paneles —de hecho es el único tratado en el mundo que lo permite— sin llegar a cortes internacionales.
“El propio secretario Guajardo peleó para que México también acceda a este modelo y lo consiguió”, recordó Seade, quien levantó la mano para que el segundo beneficio canadiense también se aplique aquí: la excepción cultural. “Es la capacidad de un gobierno de tener medidas de apoyo a actividades culturales y de arte en todas sus manifestaciones como teatro, cine, música, que sirvan sobre todo para apoyar a minorías”.
EU se opuso en las negociaciones a esta excepción porque “tenemos más territorio en común en este ámbito con ellos, donde nos hemos convertido en una potencia de contenidos, como el cine, como lo tienen ellos también”. Esta excepción del nuevo tratado (que solo Canadá tuvo 24 años) le da herramientas al Estado para proteger y desarrollar la diversidad cultural en el país. Otros puntos importantes que me aclaró Seade son:
1) Crecimiento: “es difícil dar cualquier cifra, porque depende de cuánto nos pongamos las pilas. Por supuesto que se crean muchas oportunidades pero hay que ver de qué manera las aprovecha el sector privado y como apoya el sector público da apoyos para que lo puedan lograr todos”.
2) ¿Cuánta flexibilidad se logró? “Estos acuerdos nunca son de libre comercio (...) tienen siempre dos partes: una es un párrafo al inicio que dice ‘habrá libre comercio’ y otra de 500 páginas diciendo de porque no”.
Al preguntarle cómo vamos a decirle al acuerdo, esa ensalada de siglas que propuso EU. dijo: “Para nosotros éste es un tratado,
no un acuerdo, como dice EU, y estoy impulsando un nombre que suena muy mexicano: Teumeca, Tratado EU-México-Canadá”, agregó Seade, quien podría tomar el liderazgo de un nuevo equipo de negociación independiente (como el de los otros dos socios) de este bloque económico.
barbara.anderson@milenio.com
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