Ayer comenzó en Washington la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Se presentaron los equipos, se soltaron las primeras fichas en la mesa y comenzó un proceso que se creía impensable antes de las elecciones presidenciales de EU en noviembre del año pasado.
El principal asesor comercial del gobierno de Donald Trump, Robert Lighthizer, arrancó con una postura dura, asegurando que “el pacto decepcionó a muchos estadunidenses”, que no alcanza con ser retocado y que su presidente no estaba interesado en un mero ajuste.
Canadá y México estuvieron más conciliadores y suaves, bajo la consigna de reforzar la integración. “Canadá no considera los superávit comerciales o los déficit como una medida primaria para determinar si una relación comercial funciona”, dijo Chrystia Freeland, canciller canadiense y líder del equipo negociado de Ottawa.
Ildefonso Guajardo también fue por el mismo tono: “no se trata de romper aquello que ha funcionado, sino, por el contrario, de mejorar nuestro acuerdo”.
Pero quien dio la sorpresa de la jornada fue —nuevamente— el senador John McCain, quien demostró estar cumpliendo el rol de balancear el peso del ejecutivo… y es el segundo round frente a Trump desde la discusión de la reforma del sistema de salud, el Affordable Care Act.
McCain escribió en su cuenta de Twitter (@senjohnmccain): “Con la apertura de las discusiones sobre el TLC, nuestra administración debería enfocarse en reforzar y modernizar este acuerdo, que ha traído beneficios significativos a Arizona y el resto del país.”
En el mismo mensaje pegó una imagen con una declaración más amplia y aún más contundente que incluso cualquier mensaje emitido por los negociadores mexicanos o canadienses: “Mientras la renegociación se desarrolla, es importante que la Administración Federal reconozca los beneficios que ofrece el TLC y no imponga nuevas barreras que puedan entorpecer el comercio con nuestros vecinos más cercanos. Junto con incontables habitantes de mi estado natal y el resto del país que percibimos beneficios del TLC, insto a la Administración a trabajar en pos de un resultado sin ganadores y perdedores, sino que promueva el libre flujo de comercio con México y Canadá que ha impulsado a nuestra economía y lo seguirá haciendo”.
A partir de ahora las discusiones quedan a cargo de los jefes negociadores, Kenneth Smith por México, John Melle de Estados Unidos y Steve Verheul de Canadá.
Pero quedó claro que tanto nosotros como los socios canadienses tenemos ahora un embajador y defensor republicano dentro del Capitolio.
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