Las obras benditas

Ciudad de México /

Hoy en Palacio Nacional, uno de los temas de la mañanera será la presentación de un ¿nuevo? plan de infraestructura que viene cabildeando desde hace semanas el Consejo Coordinador Empresarial y el Consejo Mexicano de Negocios.

Los proyectos son todos de infraestructura y se vienen anunciando desde el año pasado; la última vez fue en noviembre de 2019: el Acuerdo Nacional de Infraestructura. En ese evento —que está a punto de cumplir un año— se prometían 150 obras por 859 mil mdp en los sectores de transporte, telecomunicaciones, servicios básicos y turismo. Se dejaba para enero de este año un anuncio igual de poderoso, por 340 mil mdp, concentrado solo en inversiones energéticas. La presentación se dilató hasta febrero, luego hasta abril y al final se confinó con la pandemia.

Hoy se presentará —dicen quienes conocen las tripas del acuerdo— un paquete de poco más de 35 obras que son la primera fase de una saga de anuncios hasta llegar a los 60 proyectos. Es decir, menos de la mitad de los que se prometieron hace 11 meses. En varias ocasiones, las iniciativa privada y las cámaras hablaban de un listado de mil 600 proyectos de infraestructura para este sexenio que ya habían identificado en todo el país. A la fecha solo se aprobaron ocho.

Durante las últimas semanas, en las oficinas de Alfonso Romo que balconean al Zócalo capitalino, se fueron decantando cuáles serían las obras ‘elegidas’, entre las que se encuentran también las de energía (es decir, ya están todos los sectores en la misma bolsa).

Según el equipo que terminó de sellar la semana pasada este acuerdo, la inversión que se anunciará es de 300 mil mdp, el mayor anuncio en lo que va del año, pero sigue siendo menor a lo presentado en noviembre de 2019, solo 26% si contamos a las obras del sector energético.

“Lo importante esta vez será el proceso”, dijo un funcionario cercano al anuncio de hoy.

‘El proceso’ no solo es acelerar los trámites o permisos en las instancias que se necesiten para lograr el famoso inicio de las obras, sino conseguir la bendición presidencial.

Porque muy buena parte de los proyectos que se anunciarán hoy ya cuentan con financiamiento, con análisis de factibilidad y hasta autorizaciones en marcha, pero requieren el último y más importante check en la lista de pendientes: que su anuncio le sirva al Presidente. Eso les da un fast track por encima de cualquier otro cuello de botella.

Dicen los empresarios que han ‘topado con pared’ en sus proyectos millonarios con el gobierno que hay tres razones por las que una inversión fracasa: administrativas, burocráticas e ideológicas. En las dos primeras se puede avanzar con las reglas que existen, pero en la tercera es necesario el designio presidencial.

Por eso ningún empresario —a pesar de ser buena parte de las obras ciento por ciento privadas— se ha animado a soltar una sola declaración, ningún líder de la IP quiso dar pistas de cuáles serán las obras elegidas, porque solo el Presidente en exclusiva las puede anunciar.

barbara.anderson@milenio.com
@ba_anderson

  • Bárbara Anderson
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