Matamoros, huelga y el sector automotriz

Ciudad de México /

En esa frontera se cocina lo que podría ser un parteaguas en la política laboral de México. Se trata de un movimiento obrero que lleva varias semanas y que culminó el viernes 25 con una huelga en al menos 45 plantas manufactureras de la ciudad.

Las implicaciones abundan. Por un lado, la cadena de abastecimiento automotriz de América del Norte ya acusa rezagos en decenas de plantas de firmas por este paro.

Por otro, se teme un contagio en la zona fronteriza, donde miles esperan subida a sus ingresos tras el anuncio del gobierno federal de incrementar el salario mínimo en la región.

Hasta ahora unas 14 empresas aceptaron las condiciones de los empleados de subir 20 por ciento sus sueldos, más un bono de 32 mil pesos; otras 2 plantas cerraron sus operaciones —dejando sin empleo a más de 2 mil quinientas personas—; quedan otras 16 plantas con banderas rojinegras y 13 más en donde las autoridades federales deben intervenir y dar fe de la huelga o no reconocerla.

En este grupo de empresas está el foco más delicado, pues se trata de gigantes de la industria automotriz, como Trico Componentes, Olson International, Key Automotive, Autoliv México, ATD México y Aptiv (antes Delphi), entre otras.

Según el gerente de una de estas firmas, quien me pidió no revelar su nombre porque no tiene autorización de su empresa, los paros realizados desde la segunda semana de enero y la huelga que estalló el viernes pasado, representan la mayor en décadas del sector industrial en los tres países del T-MEC.

“Es algo sin precedente”, me dijo. “Todos estamos involucrados y de lo que aquí resulte va a marcar lo que será el futuro de la manufactura en el país”.

Y es que allá en esa esquina del país se conjugan varios factores: el incremento de salarios, la nueva política laboral que busca terminar la simulación en la libertad sindical y el hecho de que la CTM tiene ahí a una de sus facciones más polémicas, el Sjoimm (Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales de la Industria Maquiladora de Matamoros).

“El Sjoimm era un aliado incómodo, pero con la llegada de AMLO y el desorden del PRI y la CTM, las cosas van a cambiar”, me dijo el ejecutivo.

Si más se van a huelga en la zona fronteriza se afectaría la estabilidad relativa en la manufactura, afectado las cadenas de abastecimiento de varias industrias regionales.

Así, en Brownsville, ciudad hermana de Matamoros, algunas plantas se preparan a recibir las órdenes que no se puedan cumplir en México. Sin embargo, la dependencia regional es tal que muchas de esas órdenes no se podrán cumplir si se alarga el conflicto.

“Esta huelga podría conseguir lo que Trump quería, que se regresen las plantas a EU o, peor, que se vayan a otros países”, me dijo el gerente.

barbara.anderson@milenio.com
@ba_anderson

  • Bárbara Anderson
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