Ayer, el Presidente presentó en un ultrablindado Palacio Nacional su “Política Nacional de Inclusión Financiera”.
¿Qué es la inclusión financiera? Según la Asociación Global para la Inclusión Financiera, “es una situación en la que todos los adultos en edad de trabajar, incluidos aquellos actualmente excluidos del sistema financiero, tienen acceso efectivo a servicios financieros provistos por las instituciones formales: crédito, ahorro, pagos y seguros”.
Según dijo Enrique Peña Nieto en su discurso, en los últimos tres años creció a 68% la población que cuenta en el país con algún producto financiero (en 2012 era 56%).
Para este evento se trajo de Los Países Bajos a una madrina de lujo: la reina Máxima.
Desde hace siete años ella asesora al secretario general de la ONU en inclusión financiera y desde 2011 es Patrona Honoraria de la Alianza Mundial del G20 para la Inclusión Financiera. ¿Cómo llegó a este puesto? Con experiencia. Seis años antes de comprometerse con el heredero de la corona de Holanda, trabajaba en el HSBC de Nueva York, donde llegó a ser VP de ventas institucionales en América Latina para luego mudarse como VP de mercados emergentes del Dresdner Kleinwort Benson y luego en el Deutsche Bank en Bruselas.
—¿Qué es lo más importante que ha logrado en este puesto desde 2009? —Hace siete años, yo tenía que explicar que era la inclusión financiera. Hoy, ya no lo tengo que explicar y en la Naciones Unidas está entre las siete metas que se han presentado. La inclusión no es un fin en sí, sino que es un medio para llegar a otros fines. He visto un gran progreso: a nivel mundial de 2012 a 2015, hemos avanzando en un 20% en nuestros planes —me decía en una breve reunión que tuvimos en una de las salitas de Palacio Nacional.
—¿Cuáles son las barreras más altas que hay en México? —La falta de confianza, en el pasado ha habido problemas con el sistema financiero, pero fundamentalmente el desconocimiento del sistema financiero; otro tema es el acceso. Hoy no todo el mundo puede caminar hasta a un banco. Hay que tener más puntos de accesos para la gente —agrega haciendo una radiografía clara de lo que falta en el país.
El acceso a servicios financieros básicos influye directamente en los indicadores de desarrollo de los países como la Prosperidad Compartida y la Equidad de Género, que inciden positivamente en la lucha contra la desigualdad.
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