Una gallina pone un huevo cada 28 horas y en total empolla 300 a lo largo de su vida. Y si quiere saber exactamente cuál gallina, de qué granja y a qué hora puso el huevo que se está por comer, la empresa tapatía Proan (conocida por su marca San Juan) lanzó una app para rastrear el minuto a minuto antes de que rompa el cascarón. “Ya tenemos más de 10 mil descargas de esta aplicación para leer el sello en cada uno de los 23 millones de huevos que entregamos por día”, me explica desde su oficina en San Juan de los Lagos, Luis Ernesto Romo, director comercial de Proan.
Hoy producen uno de cada cuatro huevos que se consumen en el país. Y el dato no es menor en un mercado como el mexicano, que es el mayor consumidor per cápita del mundo, solo seguido por China (con 360 unidades al año, unos 22 kilos).
“Somos el mayor productor de huevo del país, pero queremos ser mucho más que huevos”, agrega Romo, que acapara 25 por ciento de las 2 millones 700 mil toneladas anuales de producción, que equivalen a 43 mdp.
Pero, a pesar de que sigue siendo la proteína más consumida en el país, desde 2012 el consumo de huevo entró en una meseta (entre la gripe aviar y las disputas acerca del colesterol que aportan), y eso movió a la empresa a diversificarse a otros negocios, aprovechando la enorme red de comercialización que desarrollaron, sobre todo en el canal de food service.
Hoy las 31 millones de gallinas de Proan comparten granja con cerdos y vacas. La empresa construyó un rastro para faenar 2 mil cerdos diarios —un negocio que ha crecido 40 por ciento en los últimos años— y además producen 260 mil litros diarios de leche y hasta alimento para mascotas. También crearon una submarca —Panovo— para vender productos congelados para panificación, donde 4 de cada 10 piezas se exportan al mercado de la nostalgia de EU y otra parte a Sudamérica.
La otra meta de la empresa ha sido aumentar el valor agregado del producto emblema de la empresa (y que sigue representando 70 por ciento del negocio): huevos cocidos (Huevocados), claras de huevo en Tetrapack, huevo líquido y albúmina (donde uno de sus principales destinos es Japón).
Hace unas semanas Proan estuvo muy presente en redes sociales por una original campaña que hicieron ‘fuera del cascarón’. Sabiendo que muchas personas usan las duras cajas de sus huevos San Juan como maleta improvisada, llegaron a cambiar las cajas por maletas reales a todos los clientes de la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (TAPO). “La campaña se viralizó muy rápido, tanto que mucha gente nos llamaba para comprar maletas San Juan”, agrega Romo. Ahora lanzarán una segunda fase, donde efectivamente venderán las maletas (que simulan a las famosas cajas) y cada uno que compre una, inmediatamente estará donando con su nombre otra para alguien que aún usa como equipaje las cajas blancas con logos azules.
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