Los continuos problemas financieros de Pemex representan un enorme riesgo para el panorama de la calificación de la deuda soberana de México. Eso es una correlación que muchos conocen, pero que ahora entidades como el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) advierten: es casi inminente una baja en la calificación de deuda soberana del país.
En un reporte, el IIF asegura que México enfrenta un riesgo fiscal enorme debido al apoyo que el gobierno de la 4T le prodiga a Pemex.
Sobre la decisión del gobierno de rescatar a Petróleos Mexicanos mediante enormes inyecciones de efectivo, sin cambiar su perfil financiero y su capacidad productiva, la economía mexicana enfrenta contradicciones macro: la baja inflación, por ejemplo, no compensa la mala situación de la economía mexicana, que tuvo un decremento de -0.1% en 2019. Para el IIF, esta es una de las razones por las que el Banco de México no ha dado un cambio relevante a la política monetaria, al verse obligado a mantener sus tasas de interés muy por encima de otros mercados, tanto desarrollados como emergentes. Y esto, huelga decir, es porque de manera un tanto artificial el gobierno quiere seguir teniendo relevancia en la captación de inversión extranjera directa.
Ya Claudia Jañez, presidenta del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales, advirtió que “a los inversionistas extranjeros les preocupan los mensajes contradictorios que profiere la 4T, y uno de ellos se relaciona con la política energética del estado Mexicano”.
Por ello, regresando al IIF, un riesgo que Pemex enfrenta es que una corrida de bajas adicionales en la calificación de Pemex detonaría también bajas en la calificación de deuda soberana del gobierno. Como resultado de ello vendría una salida de capitales.
Según el análisis de este instituto, además de la carga fiscal que representa Pemex para las cuentas nacionales, la operación de la petrolera también es una fuente de preocupaciones, sobre todo porque la paraestatal no se ha caracterizado por ser una empresa que cumpla con sus objetivos. Su meta de producción, tanto la propia más el añadido de las petroleras privadas con contratos, se mantuvo fuera del alcance.
Además, México, dice el mismo informe, se ha convertido en un importador neto de crudo y, como sabemos de gasolina (compramos fuera más de 7 de cada 10 litros que consumimos de EU, China, Corea y hasta India).
¿Qué predice el IIF? Es relevante lo que pone en el teatro financiero, ya que a este grupo lo integran decenas de bancos centrales, bancos privados y fondos de inversión de todo el mundo. En este sentido, lo que advierten de gravedad para las finanzas del país, es que ante la falta de cambios en la política económica, el mediocre ritmo del gasto público, la posesión de deuda y acciones en manos de inversionistas extranjeros, se preludia una inminente baja en la calificación de la deuda, lo que llevaría a muchos a sacar sus inversiones del país.
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