Hace 80 años Honeywell fue la primera firma extranjera en otorgar una licencia a Pemex para refinar el crudo. Fue una innovación que le permitió ahorros y eficiencias ‘a los modelos del siglo pasado’. Hoy 60 por ciento del crudo mundial sigue siendo refinado con esa tecnología.
Ahora buscan repetir en México un modelo que ya probaron desde hace 10 años —y con grandes resultados— en China, India y República Checa: montar un centro de investigación y desarrollo local que permita pensar en las necesidades específicas del mercado y de paso sea una usina de patentes para soluciones a la medida para clientes del resto de Latinoamérica.
Esta firma es un crisol de productos y negocios: desde aviación a sistemas de automatización, de turbo cargadores para autos, a sistemas para lograr eficiencias energéticas, además de productos químicos y software. México representa 15 por ciento de su negocio global con casi 18 mil empleados y 15 plantas.
Hace unos días cortó las cintas de este Centro de Innovación dentro de Tecnoparque, donde unos 200 ingenieros veinteañeros diseñan productos y software que en los próximos años les sumarán facturación a la empresa (que trae crecimientos de doble dígito en el país).
“Casi todo lo que producimos en México queda aquí. De hecho uno de nuestros principales clientes es la CFE”, agrega Craig Breese, presidente para Latinoamérica de la empresa, explicando la razón de invertir en I+D a la mexicana.
Si bien EU es un cliente importante (sobre todo de sus plantas en la frontera), las amenazas de Trump no lo preocupan: “Estamos acá desde hace 80 años, soy casi el único expatriado en esta empresa, nuestro foco es Latinoamérica”, me dice Breese, en un español perfecto aprendido en sus años de estudiante en Colombia.
“México es una de las prioridades para la compañía, donde hay que pelear para ganar los clientes y la única forma es satisfacerlos con soluciones a la medida”, y añade: “Uno de los secretos es la relación de este centro con el equipo comercial”. Su arma secreta es una comunicación y feedback permanente de sus vendedores con los ingenieros, para que las necesidades se traduzcan en productos y servicios. “Queremos que vibren juntos”, agrega.
Los planes para México en cuanto a investigación (sobre todo en software) son agresivos: la propuesta de Breese es duplicar el número de ingenieros e investigadores en dos años. “Hay millones de dólares en oportunidades en este país”, agrega el ejecutivo cuyo apellido suena también a una ‘brisa’ de buenas noticias en medio de tantos golpes a las inversiones en nuestro país desde EU.
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