Pemex es una empresa compleja, endeudada, controvertida y que poco a poco fue perdiendo capacidad (de exploración y producción) y ganando en deudas. Su pasivo fue carcomiendo su credibilidad entre las calificadoras, que no tardaron en bajar su ‘evaluación’ a medida que se dilataba la entrega del Plan de Negocios que la nueva administración estaba cocinando. Lo que se presentó ayer en la mañana no fue un auténtico Plan de Negocios sino un Plan Fiscal. Sin duda, bajar la presión impositiva era algo necesario. Inyectar un poco en exploración también.
Pero los cómos siguen siendo insuficientes. Tanto que a las pocas horas de la presentación un reporte de Citigroup señalaba que otra baja en la calificación de su deuda por parte de Moody’s era solo cuestión de tiempo, porque la estrategia presentada no resuelve los principales problemas estructurales de la empresa. ¿Qué pasará con los compromisos de deuda de 28 mil mdd que debe cubrir desde este año y hasta 2021 (de un total de 104 mil mdd)? ¿Por qué no se puso como un elemento de peso el tema sindical y el pesado pasivo laboral que carga la empresa?
Un auténtico Plan de Negocios debió incluir una estrategia completa y clara de exploración, extracción y producción de crudo, “porque sacar a Pemex adelante pasa por estas actividades, más que por beneficios fiscales más contratación de servicios a la vieja usanza”, me decía un experto del sector.
Pemex lleva sexenios produciendo menos de lo que dice cada año, en todas sus proyecciones históricas ha estado por debajo de la meta. Y fue, sin duda, uno de los pilares que sostuvo a la reforma petrolera del sexenio pasado. Hablé con muchos analistas especializados en el sector y todos coinciden en que lograr la meta de aumentar un millón de barriles diarios de aquí a finales del sexenio es casi imposible.
Tampoco queda claro si este volumen es solo de Pemex o si se toman en cuenta la producción de barriles que las empresas privadas que ganaron licitaciones generarán hasta 2024 (que según los últimos datos de la CNH sumaban 265 mil barriles). A esta cifra se debería también considerar los 263 mil barriles que produciría Pemex con sus propias adjudicaciones y asociaciones con otras empresas privadas que ganó en las diferentes Rondas petroleras.
¿La presentación del plan toma en cuenta estos 500 mil barriles o no? Los cálculos más someros hablan de la necesidad de una inversión en exploración y producción de 25 a 30 mil mdd anuales para lograr llegar a la cifra prometida hoy. Tampoco se cuenta con ese presupuesto en los siguientes años. “No es plan de negocios adecuado porque no reconoce que Pemex tiene portafolio de proyectos en declinación, con graves rezagos en todas las áreas de negocio como exploración, refinación, petroquímica y logística”, me dice el especialista Gonzalo Monroy.
La solución presentada no parece concordar con el ‘talle adecuado’ de los problemas que tiene la empresa ni de la real capacidad con la que cuenta o puede contar.
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