En una semana en la que el nuevo Presidente anuncia el aumento de las pensiones a los adultos mayores y la Suprema Corte de Justicia determina la obligación de registrar en el IMSS a las trabajadoras del hogar, vale la pena echar un ojo al Sistema de Pensiones.
Entre 2020 y 2021 se jubilarán los primeros mexicanos que debutaron con las Afores, después de la reforma a la Ley de Seguridad Social de 1997.
Desafortunadamente recibirán apenas 28 por ciento de su último salario, reveló esta semana la OCDE, que recomienda que sea de entre 50 y 70 por ciento.
Ese porcentaje que se conoce como ‘tasa de reemplazo’, será muy diferente a la de aquellos que se mantuvieron en el sistema anterior, bajo la ley de 1973 (LSS73).
Las principales razones para tener un porcentaje tan bajo de tasa de reemplazo en quienes aportaron a las Afore se debe a tres factores: aumento en la esperanza de vida, baja densidad de cotización y ahorro insuficiente.
No es una novedad que el complejo y nunca transparente sistema de pensiones mexicano está quebrado, y además según el propio IMSS, en 2030 el número de trabajadores en activo por cada pensionado será negativo, lo que empeorará la crisis. Actualmente este Instituto destina 40 por ciento de su presupuesto anual solo al pago de pensiones.
Hace unos días, The Aspen Institute presentó el documento Perspectivas futuras del sistema de pensiones en México, donde además de hacer una radiografía del sector, presenta una serie de sugerencias para aumentar los ingresos jubilatorios de los trabajadores y para bajar la presión fiscal que ejercen las pensiones del sistema ‘pre afores’ o de Beneficio Definido.
Una es elevar de 65 a 67 años la edad mínima de retiro, con lo que incrementaría 20 por ciento el monto de su pensión.
Otra es aumentar las aportaciones. Hoy, para el retiro, un afiliado al IMSS aporta 6.5 por ciento de su salario (1.125 del trabajador + 5.15 del patrón + 0.225 del gobierno). La propuesta de The Aspen es subir la aportación gradualmente hasta 11 por ciento del salario. Este aumento permitiría a un trabajador jubilarse con 60 por ciento de su último sueldo. Aquí es donde la propuesta me parece muy interesante: que el trabajador decida destinar 5 por ciento de las aportaciones al Infonavit a su cuenta de retiro. Así los trabajadores que tengan resuelto su problema de vivienda tienen una oportunidad de elevar automáticamente su futura jubilación. “Si bien un trabajador puede retirar su fondo de vivienda al jubilarse, destinar esos recursos al retiro de manera temprana presenta enormes rendimientos”, afirma el estudio. Según Fundef, el rendimiento promedio entre 2001 y 2013 de la subcuenta de vivienda fue de 5 por ciento, mientras que la de las Afores fue de 12.41.
Esta iniciativa la tiene el equipo económico de AMLO, habrá que ver cuánto sentido hace a sus proyectos futuros de mejora social.
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