A dos semanas de las campañas electorales, persiste la incertidumbre sobre el rumbo que tomará la decisión ciudadana el próximo 4 de junio.
Las diferentes encuestas marcan clara ventaja a la candidata Delfina Gómez. El equipo de campaña morenista se muestra convencido del triunfo, mientras la maestra insiste, no confiarse. Está marcada por las marrullerías el 2017. Empezando por el IEEM, al que no guarda ninguna confianza.
Todas las encuestas muestran también que entre 6 y 8 mexiquenses entre 10 quieren un cambio. No necesariamente votarían por Morena pero tampoco podrían votar por el PRI. Por ello, Alejandra del Moral quiere llevar el terreno de la contienda a la disputa entre dos candidatas, más que entre partidos. Le cuesta enormidades a Del Moral construir una narrativa política sin deslindarse de los 93 años en el poder de su partido. Delfina, por su parte, reivindica el cambio, combatir la corrupción y un construir gobierno austero, pero le falta aterrizar.
Alejandra del Moral se ha mostrado más dinámica y activa. El tiempo le apremia. Después de dos semanas, lleva 33 actos de campañas y 32 municipios visitados. Mientras Delfina Gómez lleva 27 actos de campaña en 26 municipios visitados. Gran parte de los municipios visitados por Alejandra son los conurbados a la ciudad de México, donde menos se le conoce. Mientras que la morenista ha desplegado sus apariciones, primordialmente, en municipios rurales donde el voto por el PRI ha sido masivo. La gran diferencia en la estrategia de campaña, es que Alejandra del Moral ha desplegado una amplia cobertura en medios electrónicos. Muchas entrevistas en radio y más de 20 en Televisión, tanto TV abierta como de canales digitales. La mayor parte han sido entrevistas a modo. Sin embargo, hubo algunas en que ha salido muy zarandeada. Alejandra del Moral sufrió, entre otras, las entrevistas de Sabina Berman y la de Roberto Zamarripa. Del Moral hace maromas para deslindarse de la corrupción, el sello de su parido. No muestra convicción ni considera la corrupción como una patología política.
Probablemente los debates puedan marcar una diferencia. La maestra no es una polemista ni oradora brillante. Pero Alejandra del Moral tiene muchas vulnerabilidades. Tiene a sus espaldas un partido desgastado. No se ha atrevido hacer rupturas y gustosa cabalga en actos con el impresentable Alito Moreno. Hasta ahora, el PRI y sus aliados quieren, van con todo, pero no entusiasman.