Igual son jóvenes de derecha. No tienen que ser de izquierda. Diversidad es riqueza. El problema son los mayores de edad que se dejaron ver en la marcha del sábado. Los mismos manifestantes anti4T con las consignas de siempre, contra la “dictadura”, contra AMLO y Claudia, a favor del empresario que no quiere pagar sus impuestos, con trabajadores acarreados de la delegación Cuauhtémoc, del Grupo Salinas, gente de Claudio X. González. Manifestarse sí, pero no mentir en propósitos. Fueron los mismos, revueltos, contra un gobierno que ganó en las urnas y hoy una minoría quiere que se vaya. Nada nuevo.
Pero lo peor fueron los “hombres de negro”, dispuestos a arremeter contra la Policía que resguardó Palacio Nacional. Ahí habría que centrar los ojos. Los custodios solo se defendieron de los ataques orquestados por los que se cubrían la cara, e impedir que cruzaran las vallas. Hubo heridos de parte de la Policía, sí, de la Policía. El reporte oficial no puede alterarse. Las escaramuzas provocaron y dicen que fueron agredidos. Las imágenes en redes sociales no pueden mentir de quienes mienten deliberadamente. Nadie hubiera resultado lastimado si se respetaran los límites a nuestra libertad de expresión.
Otra cosa es la generación Z, reducida a una denominación sociológica. Es algo que tienen que aprender los jóvenes, insisto, de derecha o hartos de la izquierda y la inseguridad en México. Una inseguridad que no nació con los gobiernos de AMLO o Sheinbaum. Hay que reconocer que la historia tiene méritos de sobra para encaminar el pensamiento. Los gobiernos del PRI y el PAN son ejemplo de represiones absolutamente comprobables. Insisto, cada uno su ideología, pero no se vale mentir a la hora de las verdades en una realidad donde los mexicanos han vivido el infierno de la represión de a deveras. Los medios de información conocen la censura de aquel tiempo, ¿o no?
Obvio fue el reconocimiento a un movimiento minoritario que quiere el poder. Bueno, espérense a las urnas de 2027 y 2030. Sabremos entonces quién tiene la razón en el proceso democrático más profundo del país. Mientras, a serenarnos —izquierda y derecha—, para con actos de civilidad luchar por nuestros deseos. Calma, plis..