El año se fue y con él, múltiples elecciones en el mundo, en algunas regiones la democracia se puso a prueba y en otras el autoritarismo buscó conservar o ampliar influencia. En este breve espacio hacemos un recuento.
En México, la elección judicial inédita implicó innovaciones legales e institucionales importantes para la promoción del voto de una modalidad de votación con números y decenas de candidaturas por boletas: el reto de esa elección fue la participación ciudadana y dejó lecciones aprendidas para el involucramiento ciudadano e incorporación de tecnología.
En la región hay algunas democracias en tensión y debate, el triunfo de Kast en Chile es un muestra de ello, sin embargo también hubo otros triunfos electorales de gobiernos conservadores con agendas de seguridad con alta legitimidad como Ecuador o en Argentina, donde Milei conservó la mayoría legislativa garantizando la continuidad a las reformas que ha impulsado.
Otra tendencia fue la polarización en las elecciones, en Polonia tuvimos resultados altamente competitivos que resultaron en la victoria de Nawrocki como presidente con ideas nacionalistas, frente a un primer ministro más liberal; ahora tendrán que cohabitar y gestionar los posibles vetos, en ese país se ejemplifica lo que Alcántara ha denominado fatiga democrática. También por aquellos lares aunque AfD no obtuvo la victoria electoral en Alemania sí obtuvo grandes resultados, que demuestran el crecimiento de la extrema derecha en ese país.
Por otro lado en Bolivia, MAS con más de 20 años de poderío político, no figuró en las elecciones ni en primera vuelta electoral, iniciando un nuevo ciclo democrático en aquel país. En Japón y Estados Unidos la mayoría gobernante enfrentó resultados adversos que envían una señal respaldando una estructura de contrapesos. En Canadá los liberales mantuvieron el poder aunque también se vivió una elección polarizada.
En resumen, 2025 dejó elecciones con resultado variopinto pero coincide la polarización de contiendas electorales, el papel protagonista de la tecnología y según la región el crecimiento o decrecimiento de tendencias ideológicas, pero termina un año más destacando el papel fundamental de las elecciones como catalizador de paz y transición pacífica del poder, Chile es un gran ejemplo de ello, ojalá 2026 sea un año de democracias vivas y de paz, no solo en las elecciones sino en las vidas de todas y todos.