El verdadero campanazo de la XEW

  • MILENIO Retro
  • Carlos Díaz Barriga

México /

¿Será que es el 18 de septiembre la única fecha para conmemorar por su fundación, a la XEW... o será que se la pueden y se la deban seguir, tequila en mano, todo el día siguiente? Es una propuesta seria y más o menos sustentada.

Nada más porque el 19 de septiembre de 1985 esa estación tocó el punto más alto en su razón de existir cual medio de comunicación, cuando se convirtió en el único punto de encuentro entre los mexicanos ante la tragedia del terremoto. Esto, provocado por dos circunstancias fundamentales: todavía no había internet y la televisión se cayó y se calló.

Hubo un tercer elemento. Esencial. El instinto periodístico de Jacobo Zabludovsky que sin pensarlo 30 segundos subió con su chofer a aquel Mercedes 300D, azul... en que el periodista se transportó hasta el final de su vida (salvo los días que ya no circulaba) y que fuera uno de los pocos autos en el país que en aquel tiempo contaban un teléfono satelital Motorola... que era más radial que telefónico y que tenerlo había costado, según contaba, unos 5 mil dólares de la época; mismo que por dentro daba a la nave ese toque de elegancia... que sólo pueden tener una patrulla o un radiotaxi.



En tanto se resolvían técnicamente las afectaciones a transmisores y antenas y de falta de luz en todos los demás, sólo así, durante unas cinco horas, XEW con Héctor Martínez Serrano y el entonces muy joven jefe de redacción que era el siempre querido Gastón García Miranda en los micrófonos de la cabina (publicó el valioso testimonio en su libro Los funerales del quinto sol), dieron pie Jacobo, quien desde el carro parió la crónica dramática... tan dolorosa siempre como el momento en que se topa con un hombre abrumado en la esquina Victoria y el eje Lázaro Cárdenas... junto los escombros de la tradicional cafetería "Súper Leche" -donde mucha gente desayunaba a las 7:19 de esa mañana- y diciendo desesperado... "era mío... en el piso de arriba vivían mi mamá y me hermana". Luego de la crónica, los enlaces a otros puntos, los mensajes de la gente y a la gente. Vuelve a estrujar el alma.


Desde XEW y sólo desde XEW se escuchó el desconsuelo y el horror y el arrojo y algo que ese día surgió como algo más que un término para todo un pueblo: la solidaridad. Ningún nombre mejor puesto a una plaza que hoy está en lo que fuera el icónico Hotel Regis, de Juárez y Balderas.

A partir de esa fatídica jornada transmitida por XEW en las primeras horas eternas y que todavía retumban en los oídos de quien tuvo un radio a la mano en todo el país... y de pilas en un Distrito Federal apagado, las cosas cambiaron para siempre en muchos sentidos. En la manera de hacer radio, sí... pero también socialmente. Quien mejor lo entendió o por lo menos, quien mejor lo supo decir a toro pasado, fue el periodista Félix Cortés Camarillo: "Las autoridades... el presidente de la República y el regente de la Ciudad de México, no aparecían. Y entonces la gente se dio cuenta... de que no los necesitaban". Fulminante, lapidario, puntual y cierto.

En los 90 años que se están celebrando de la radiodifusora, fue un breaking news -como dicen los productores apochados de TV-, el gran momento periodístico y social. Ello, sin demérito del invaluable legado en el terreno del entretenimiento, del que tanto se ha venido hablando en estos días, cuando se ha abierto del baúl de los tesoros... con todo lo que un día sucedió en los estudios Verde y Oro... o Azul y Plata. Dónde la creatividad artística y publicitaria, será motivo de otro texto, un día de estos. Con el tañer de otras campanas.

Ésas que en su momento fueron, más que la identificación de una estación de radio –vigente-, el sonido de un país. Y cómo no iba a serlo, si a mediados de los años 40, las mediciones de rating documentadas, señalan que la W traía el 72% del pastel y un 28% se repartía entre el resto de la industria.

Campanas, que por cierto, no lo son. Se trata de un vibráfono con cinco tonos en tubos cromados, de las cuales siempre hemos escuchado como una tradición nacional las primeras cuatro que corresponden a un sol, re, si, sol... que resuenan al tiempo que una voz clásica como la de Ramiro Gamboa (El Tío Gamboín) que todavía muchos cuarentones recordarán... o quizá la más perfecta de todas: la de Héctor Martínez Serrano, recientemente fallecido, decía "X-E-W... la voz de América Latina, desde México". Con esas pausas, con esos puntos, con esa coma. El quinto tubo, sólo se toca en caso de duelo, a la muerte de algún personaje relevante de la estación. Todo esto descubierto en redes a las nuevas generaciones por ese muy viejo, muy sabio, muy músico y apenas treintañero que es Rodrigo de la Cadena, quien iPhone en mano compartió en un video que circula en YouTube, de un día que se metió de contrabando a tentalear 'las campanas', como quien se sube a la pirámide egipcia de Keops, burlando a la policía.


Quede grabado pues en la memoria que aquel jueves negro de hoy hace 35 años, cuando se cimbró algo más que la nación, cuando todos nos rompimos en mil pedazos... y nos comenzamos a unir en las primeras horas de un 19 de septiembre, a partir, decíamos, del más poderoso campanazo que la XEW ha dado, hasta ahora, en su historia. Con 8.1 grados Richter, por badajo.


@diazbarriga1

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