Gira postrera, zaguera, terminal. Esto quiere decir la última de las últimas. “Es mejor territorio que el escritorio” suele decir y así lo ejerció, hasta el último suspiro. De un gobierno por expirar. Esta gira que fue para el Presidente la del adiós adiós adiós para siempre -según se propone una y otra vez-, ha sido a Sonora, Sinaloa, Nayarit y Quintana Roo, en tres días.
Antes, el mismo viernes, estratégica y sorpresivamente avisa desde el atril: “es la última mañanera de preguntas, porque el lunes es fiestón con bailongo”.
Habló de sus ventajas para lo que fue y para lo que viene: “fui el Presidente de más edad. Ya no creo que esto vuelva a ocurrir en toda la historia. También eso ayuda, entre otras cosas porque cuando termina un presidente joven pues siempre queda el ansía de seguir mandando”.
Habla de una utilidad en su nuevo oficio: “me voy a dedicar a escribir y eso me va a ayudar a mantener mis equilibrios emocionales”. Su autocrítica: “tengo que agradecer al Creador y a la suerte de que no cometí muchos errores; sí se cometieron errores, pero no muchos… los errores nuestros se magnificaban”.
Hace una amable sugerencia: “yo recomiendo muy respetuosamente que no sientan que hay un vacío o que va a haber un vacío porque yo voy a jubilarme”. Y luego una recontraqueconfirmación: “no soy hipócrita, no simulo. Cuando digo que me voy a retirar, me voy a retirar… no estoy acostumbrado a decir una cosa y hacer otra, o a estar queriendo manipular a nadie. No quiero ser caudillo, ni líder moral, ni jefe máximo, mucho menos cacique”. Se dice a sí mismo por vigésima vez. Como para que se consigne. Por vigésima vez; se consigna, pues.
De ahí a Sonora a ver al pueblo Yaqui, el terruño de Petra, su curandera. Entrega el acueducto y el distrito de riego que estaba pendiente. Mismo viernes a Sinaloa… a Sinaloa. Es en Rosario, más cerca de Mazatlán que de Culiacán. En ambas, Luis Miguel canceló para este fin de semana sus conciertos. La carpa con el templete se monta a la orilla de una carretera, atrás un montecito y en los otros tres flancos, matorrales hasta el infinito y más allá. Decenas y decenas de camiones con acarreados. Ya no es una despedida para él. Es un mitin del gobernador Rocha Moya.
La cita es a las 6 dela tarde. Pasa el tiempo. Esta vez no hay un solo puesto con pejeluches. Ni el puesto de narco-souvenirs que había en su evento de hace un mes, ahí mismo, en Rosario, con dijes y aretes de metralletas, balas, la santa muerte, de Jesús Malverde o del San Judas Tadeo venerado por el cártel de Sinaloa. El Presidente viene tarde, para variar. Nos agarra la noche. Aquello es oscuro tirando a negro. Como una cueva de lobos. Mucho calor. Y botellas de agua más caliente que tibia. Mientras, nos cenan los moscos. Y también sobrevuelan de repente dos helicópteros. Y acá abajo entran camionetas militares artilladas con decenas de militares más artillados que las trocas.
Cinco minutos después llegan los presidentes en una Sprinter blanca para turistas, escoltada por otra igual, cuatro Suburbans y dos ambulancias. Prenden cuatro reflectores. Para entonces, mucha gente ya se fue. Evento forzado, con riesgos innecesarios. Un señora enojada dijo “nos falló nuestro Presidente”; ni aguanta nada. Otra que le perdona todo, se lamenta “lo quiero mucho, pero es que si no, nos deja nuestro transporte y luego cómo nos vamos”. Los trajeron de Acaponeta, como a 80 kilómetros.
Rocha Moya, suda más de lo que habla. Los tutea: “querida Claudia, querido Andrés Manuel”. Sobre la cifra incesante de cadáveres abandonados en calles y carreteras, y de jóvenes secuestrados, dice “Ya está pasando, no ha pasado… todavía tenemos brotes”. Al tiempo le levantan una manta los familiares de Nery y Alejandro, dos muchachos que se llevaron en Mazatlán hace unos días.
Habla Claudia. “El próximo martes es 1º de octubre y ya a partir de entonces nos va a tocar conducir los destinos de la nación”. Y, tercer espaldarazo desde la detención-secuestro del ‘Mayo’ Zambada: “vamos a seguir apoyando al gobernador Rocha, vamos a seguir apoyando a Sinaloa”.
Mientras habla el Presidente, la gente se sigue saliendo. Sobre su sucesora: “ella va a terminar de poner orden en todo el país”. Y “… no se puede enfrentar la violencia con la violencia… pero si no se entiende que por encima de todo está el interés popular, entonces sí se hace sentir el Estado… lo que ya se está haciendo aquí en Sinaloa”.. Explica lo inexplicable: “estamos aquí, porque los de la embajada de Estados Unidos sacaron una notificación: ‘No vayan a Sinaloa, no vayan a Culiacán’. Bueno, aquí estamos nosotros”. El desafío: un poco más tarde, circula en redes la imagen de una van abandonada en Culiacán con varios cuerpos; con spray negro, en la carrocería se lee ‘Bienvenidos a Culiacán’.
Sábado a Tepic. En el hotel, se cuela al elevador donde van Presidente y Presidenta un empleado del Poder Judicial. Grave falla de seguridad. Claudia quiere explicarle. AMLO la toma del brazo y se la lleva. Van al Expo-Auditorio Amado Nervo. Lo inauguró en 2013 Juan Gabriel. Le entran 14 mil. Está hasta el tope. Un anciano levanta un ganso de peluche y llora en su íntima soledad, cuando lo ve entrar; como si lo viera salir. El 80% de la gente trae playeras blancas con letras ‘color Morena’. Circulan paquetitos de lonches. Es otro mitin de gobernador, ahora de Nayarit.
Acá, tres opositores encubiertos con playeras guindas, gritan y sacan un cartel que dice ‘Ya vete a La Chingada’, mientras habla el Presidente, quien tiene que interrumpir. Hace votación sobre la reforma judicial a mano alzada. Les volea a la gente; se queda con el balón. Luego confunde a San Blas con Mazatlán. Se lo reclaman. “es que ya se me patinan las ideas”. Resuelve. Risas.
De ahí, inaugura sector naval en Boca de Chila, en Compostela. Reconocimiento de despedida al Almirante Rafael Ojeda. El domingo al Tren Maya, en Chetumal. A unas horas de portar la banda, desde su discurso de despedida, simbólicamente en el sureste, la Presidenta electa agradece al Presidente Lopez Obrador… y avisa: “Le digo a usted y al pueblo de México: estoy lista, estoy fuerte”.
Ahora, el reconocimiento de despedida del Presidente, al General Luis Cresencio Sandoval; y entrega de reconocimientos a decenas de militares. Los últimos dos actos de su gobierno, uno con los marinos y el otro con el Ejército. Lo que ello signifique, del verbo significar.
Vuelo de regreso. Al último día. Evocando, quizá, a un cronista deportivo de los antiguos tiempos, Fernando Marcos… aquel que decía, “el último minuto, también tiene sesenta segundos”.
@diazbarriga1