Nunca fue un desmadre. Ha sido elegante… educada la larga carrera artística de César Costa. Sin el motor del escándalo, ha mantenido una larguísima trayectoria de más de seis décadas en activo, con ese refinamiento que sólo tienen los albatros para volar muy alto sin la necesidad de aletear.
Esta semana cumple 80 años de vida. Personaje siempre más querido que famoso (… y vaya que sí lo es) de la cultura popular mexicana.
La discreción que lo acompaña es el motivo de que muy poco se hable del lugar pionero-pionero-pionero que posee como el primer cantante solista en grabar el género del rock and roll en español. Después de él, Enrique Guzmán y todos los demás… ya hablaremos de ellos. Con lo que ciertamente se marcó el inicio de una época -social y musicalmente hablando- en México e Iberoamérica.
César Roel Schreurs -su verdadero nombre- nació el 13 de agosto de 1941 en el entonces Distrito Federal. Creció en el número 34 de la calle de Cuautla en la colonia Condesa. Su padre, titular de un importante despacho de abogados laborales fundado en 1930 y que perdura en manos de la familia. Su madre, concertista de violín y fundadora de la Orquesta de Cámara Vivaldi.
El niño César Roel Schreurs. Nació el 13 de agosto de 1941
César estudió hasta la secundaria en el Colegio Alemán, la prepa en el CUM y la carrera de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. En la niñez estudia piano y en la primera adolescencia, toma clases formales de violín a lo largo de 4 años con Icilio Bredo Buggio, un muy conocido maestro italiano que formó a generaciones de músicos como Director de la Orquesta de Cámara del Conservatorio Nacional y después como Director de la Filarmónica de la UNAM.
Ya con cuatro idiomas (español, alemán, inglés… y música) aprende como tercer instrumento, la guitarra y con ella los amigos de juventud lo jalan a su destino. Lo incorporan en 1958 a ‘Los Black Jeans’… una recién formada banda conformada por los hermanos Diego (requinto) y Juan Manuel de Cossío (batería), y Carlos Loftus (bajo eléctrico). Después de César se sumaría como pianista Javier de La Cueva.
Importante decirlo porque la disquera Peerless graba a Los Black Jeans en 1958 dos temas: La batalla de Jericó y La cucaracha… los dos primeros rocanroles en español grabados por chavos mexicanos para el mercado nacional.
Arman tardeadas -de a 5 pesos la entrada- en la nueva casa familiar de los Roel (ya instalados en la esquina de Lousiana y Nueva York de la colonia Nápoles) y en un galerón para dar catecismo adjunto a la iglesia de San Antonio de Padua en la misma colonia. El párroco les permite entretener a la juventud… y como buen cristiano, les tumba el 10 por ciento de las entradas. Por ahí se asoman futuros personajes como Enrique Guzmán (de los Teen Tops) o Luis ‘Vivi’ Hernández (de los Crazy Boys).
Los Black Jeans se mudan de disquera… firman con Musart y ahora se llaman los ‘Camisas Negras’. Y César Roel ahora se llama… César Costa (en referencia a Don Costa, arreglista de Paul Anka o Frank Sinatra). Tienen tocadas en bares… y en 1959 debutan en un teatro, el Follies, en el que los apadrina como empresario aquel legendario cómico de las carpas, Jesús Martínez Palillo. Ese mismo día, con los Camisas Negras como imberbes testigos, se presenta un grupo tropical al que ‘Palillo’ bautiza aquella misma noche como… La Sonora Santanera.
Convertidos en los ‘Camisas Negras’, grabaron un solo LP
Los Camisas Negras no duraron mucho tiempo juntos. Graban un solo LP -hoy de colección-… pero acomodan varios éxitos. Entre ellos, El tigre, Osito Teddy, Mona Lisa, Zapatos de ante azul o Fiebre… con letra adaptada de César Costa. Los coros son de su hermana Karen, y de personajes entonces desconocidos como Leda Moreno y los Hermanos Carrión.
Acá el audio original de la grabación de 'El Tigre'
A fines de 1960, César Costa, al tiempo que inicia en la UNAM sus estudios de leyes, comienza su carrera como solista con la disquera Orfeón… hace la versión en español de temas del cantante y compositor canadiense Paul Anka, que gracias al mexicano se dan a conocer en todo el mundo de habla hispana: Mi pueblo, Besos por teléfono, Adán y Eva, o La historia de Tommy (Dile que la quiero). Ha grabado 30 discos con infinidad de temas que pegaron un tubazo. Como por ejemplo, aquel de Paloma negra o uno ochentero (1983) cuando ganó el segundo lugar de la OTI con la balada Tierno.
Todo México recuerda ‘Besos por teléfono’
Regresando al 60… el impresionante resultado en el primer disco es inmediato y en la casa de enfrente (la CBS) deciden no dejarse comer el mandado. Toman a Enrique Guzmán de los Teen Tops y lo lanzan para convertirlo en su eterno rival en la industria. Funciona la estrategia y ambos resultan en una larga etapa, las figuras más visibles del movimiento, en el que se destacan otros solistas a consagrarse: Angélica María, Alberto Vázquez, Johnny Laboriel, el ‘Vivi’ Hernández, Manolo Muñoz, Julissa, Leda Moreno, Mayté Gaos o Queta Garay (además de las bandas ya famosísimas: Los Locos del Ritmo, Los Teen Tops, Los Rebeldes del Rock, los Hooligans, Los Sinners, Los Crazy Boys, Los Gibson Boy -en Guadalajara-, los Rockin Devils -en Tijuana- los Rockets -en Monterrey- o aquellos cómicos rocanroleros ‘Los Xochimilcas’).
El éxito inmediato y arrollador, como una avalancha, unos los catapulta y a otros los arrastra. Radio, televisión, giras y cine… se convierte en un género. César Costa participa en 14 películas entre 1961 y 1971 (en 1995 regresa para hacer Me tengo que casar, como secuela del exitoso programa de TV, Papá soltero). Al principio con apariciones especiales y pronto, estelar. Trabajando con elencos conformados por las grandes figuras del Olimpo: Libertad Lamarque, Fernando Soler, Tin Tán, Enrique Rambal, Arturo de Córdova, Marga López, Adalberto Martínez ‘Resortes’, María Elena Marqués, Carlos López Moctezuma, Tere y Lorena Velázquez, Silvia Pinal, Ángel Garasa… o jóvenes promesas como Fernando Luján o Héctor Suárez.
Escena de la cinta ‘La juventud se impone’ con Enrique Guzmán, Patricia Conde y Olivia Michel. 1964
César Costa fue dirigido por nombres como Alfonso Corona Blake, Fernando Cortés, Julián Soler, Rafael Baledón, Rogelio A. González, René Cardona Jr. o Rafael Baledón. Se le recuerda especialmente en La edad de la violencia, Dile que la quiero y Caín, Abel y el otro.
Le tocó trabajar con el gran Fernando Soler en ‘La edad de la violencia. 1964
Por cierto, hay un hecho determinante… digno de destacarse, que se forjaron en esos tiempos de las caravanas Corona, respecto a lo que sería la conducta personal de César Costa. Al tiempo que estudiaba en la Facultad de Derecho, ya estaba en el ritmo de las giras nacionales e internacionales… y literalmente ‘se la pasaba en el rocanrol’. Al ser este redactor también estudiante de Derecho, algún día me contó don César que tomaba la materia de criminología nada menos que con el Dr. Alfonso Quiroz Cuarón… el padre de la especialidad en México… aquel hombre que investigó el asesinato de Trotsky o descubrió al asesino serial Goyo Cárdenas; el caso es que Quiroz le encomendó un trabajo sobre Farmacodependencia, con especificidad en cocaína y mariguana. El joven cantante lo realizó y a toro pasado entendió la triple intención del maestro. No había sido algo gratuito… se trataba de ponerlo bajo advertencia ante la cotidiana tentación de ‘entrarle’. Con conocimiento de causa y efectos, Costa nunca le entró.
En 1993 comenzaron las Caravanas del Rock and Roll que hasta antes de la pandemia se presentaban en el Auditorio Nacional y en las ciudades más importantes de México. Con participación de Angélica María, Enrique Guzmán, Alberto Vázquez, Manolo Muñoz y algún invitado relevante: Johnny Laboriel, Palito Ortega, Leo Dan o Roberto Jordán. El nombre del espectáculo, es de suponerse, en memoria de aquellas Caravanas Corona en los años sesenta del empresario Guillermo Vallejo, que iban puebleando, transportando a los artistas en camiones.
En televisión ha sido titular de programas sólidos y duraderos… proyecto que toca, es un éxito garantizado; será por dos factores: su profesionalismo y que le ‘cae bien’ al televidente. En 1962 tuvo en blanco y negro El show de César Costa, donde lo acompañaba Angélica María. Ya a color, en 1978 se convierte en el primer anfitrión de La carabina de Ambrosio… hace poco lo recordábamos interrumpido por Beto el Boticario, asediado por la Pájara Peggy o como ventrílocuo del muñeco Pujitos (Chabelo) que terminaba aventándolo al baúl. De 1987 a 1994 participa en la comedia de situación Papá soltero que todo mundo recuerda.
Con Javier López ‘Chabelo’ en ‘La carabina de Ambrosio’. 1978
Y a partir de 1994 encabezó las revistas matutinas Un nuevo día con Rebeca de Alba -luego con Luz Blanchet- y ‘Al fin de semana’ en 1998. En 2005 inició un proyecto más breve con el Canal 11 que se llamó ‘Ensalada César’, donde se destacaba su entrevista con personajes de otro perfil más intelectual… escritores, escultores, pintores, músicos, etc. Y habrá quien se acuerde que incursionó en la radio con una revista llamada De costa a costa en Grupo Acir. A lo largo de 63 años, este hombre ha trabajado mucho, pues… en una carrera perfectamente administrada, para tener el nombre y el reconocimiento popular que tiene. Y eso hay que tenerlo claro.
A quién no le hubiera gustado trabajar con César Costa. A este reportero, por ejemplo. Estuvimos a punto cuando Javier López Chabelo iba a revivir como productor aquel concepto Visitando a las estrellas que conducía Paco Malgesto, pero ahora con César. ‘Su servilleta’ haría una entrevista de avanzada con los personajes, haría la investigación y escribiría el guion. Los tres tuvimos un montón de felices juntas de planeación. Pero infelizmente, los ejecutivos nunca lo aprobaron. Increíble. Lo que se podría haber hecho. Carajo.
Embajador en México desde hace más de tres lustros de la UNICEF
Hay otras facetas poco conocidas de César Costa: en alguna librería de viejo, debe quedar algún ejemplar de Llegar a ser, el único libro que ha escrito, donde narra desde su propia vivencia, la historia del arranque del rock and roll en México. Sindicalmente, aprovechando sus conocimientos jurídicos, fue Secretario de Interiores y Exteriores de la Asociación Nacional de Actores, cuando la presidía Ignacio López Tarso (¿o lo fue con Julio Alemán?)… o sea que era el mero canciller de la entonces respetable ANDA, para acabar pronto. Y, curiosidad para ganar el maratón, en la película Coco ( Disney-Pixar), es la voz del zapatero, papá del niño Miguel, el personaje principal.
Ha sido embajador en México -hace más de tres lustros- del Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)… con una intensa labor político-diplomática en favor de la niñez mexicana, ocupándose directamente en el caso de los niños jornaleros del norte mexicano. Durante años coordinó un diplomado en la Universidad Anáhuac sobre la industria del espectáculo y la música. Y ha formado parte de un importante proyecto desarrollado en el Colegio de México al más alto nivel académico, sobre migración y desarrollo en la frontera sur. Labores que lo confirman como alguien que tiene que ser reconocido por algo más que por sus suéteres de grecas.
Ya podemos ir aterrizando este paseo por el camino de César Costa. Envuelto siempre en un halo de juventud, pero que, visto está… ha tenido una extensa vida, privilegiada, extraordinaria. No a cualquiera, Plácido Domingo le hizo coros como se los hizo a él en Mi pueblo cuando debutaba de solista. No cualquiera trabajó con Fernando Soler, Libertad Lamarque, Tin Tan, Palillo, Resortes, Julián Soler, Arturo de Córdova o Silvia Pinal. Desde 1969, refugiado, pleno, en una familia conformada por su esposa Gilda González Betancourt y sus dos hijas -Fernanda y Daniela- que lo han convertido en abuelo ya de 5 nietos.
Hasta acá, pues, este abrazo por 80 años… 80 años de vida a este personaje que nunca fue rebelde y siempre ha tenido una causa. Emperador del Rock and roll:
¡Salve, César! Los que van a brindar te saludan.