'Chabelo', con la catafixia puso a prueba… la codicia

  • MILENIO Retro
  • Carlos Díaz Barriga

Ciudad de México /

"… y ya no quiso crecer / no quería crecer el niño / se estaba tan bien de niño… / pero tuvo que crecer. / Y en una tarde, al volver / a su placeta de niño / el hombre quiso ser niño… / pero ya no pudo ser".

Siempre supo Xavier López que un día iba a pasar… siempre lo supo. Y siempre pidió tener la sabiduría para entenderlo. Y la tuvo. Chabelo era, como todos nosotros, el protagonista de aquellos versos del poeta español Manuel Benítez Carrasco en su bello Romancillo del niño que todo lo quería ser.

Dibujo de Luis Carreño

El 17 de febrero de 1935, Xavier nació en Chicago donde su padre, chef, llegó a tener un restaurante y dos cabarets, uno de los cuales fue destruido por la mafia… en la capital de la mafia. La familia termina establecida en León, Guanajuato, y para cuando tiene unos 9 años se mudan a la Ciudad de México… su patio era la Plaza de Miravalle, donde ahora está la fuente de la Cibeles, en los límites de la Condesa con la Roma. Ahí, la dicha de una infancia largamente prolongada.

De niño… más niño. Su primera comunión.

Es muy conocido lo esencial sobre sus primeros pasos en la radio para pagarse sus estudios que llegaron al segundo año en la carrera de medicina: como efectista de sonido haciendo truenos, lluvia, viento, pasos, los rechinidos de las puertas que se abren… los golpes de las ventanas que se cierran; mucho se ha escrito sobre sus inicios en los inicios de la televisión: cargacables, mensajero, floor manager o actor suplente que un día es solicitado por Ramiro Gamboa (con el tiempo, el tío Gamboín) para interpretar a un niño… que en el libro de chistes a leer se llama Chabelo. Y como dijo el beato Frank Sinatra: ¡de aquí a la eternidad!

En sus inicios como floor manager… del 'Loco' Valdés.

Chabelo es el niño grandote de salón (1.87), se apellida Pastrana; no abusa, pero cuestiona y si se hace necesario desafía a los adultos… se impone; pasa del llanto al enojo y regresa a la risa; con un buen berrinche, casi siempre obtiene lo que quiere. Bajo ninguna circunstancia ‘se deja’… no se somete.

A partir de 1954, durante años se convierte en pareja oficial de Ramiro Gamboa… es él ciertamente el procreador de Chabelo y es un segundo padre para Xavier. Entre otras muchas razones, porque a esas edades… y esto lo cuenta con los ojos humedecidos, lo lleva a ver por primera vez el mar, cuando lo convoca a trabajar en un teatro del puerto de Veracruz.

En 1955, ambos son firmados por la refresquera trasnacional Pepsi para una campaña publicitaria que los lleva durante un lustro a recorrer Latinoamérica. Por conveniencias contractuales se separan. Al concluir esa etapa, paradójicamente la inmensa fama -asociada a la marca- le cierra todas las puertas en México y lo obliga a aceptar una larga gira mal pagada a EU con Tongolele y el cantante cubano Rolando Laserie. Entendió. Nunca más sería la imagen de una sola firma comercial… en dado caso, un día sería la imagen de mil.

La campaña con Ramiro Gamboa… luego conocido como 'El Tío Gamboín'.
Imagen continental de un producto.
La gira con Tongolele y Rolando Laserie.

A finales de 1961 llega la gran oportunidad en Telesistema: La media hora de Chabelo… más de 7 años al aire; de este tramo todavía ahora flota en la memoria colectiva aquel segmento de "consejitos" (a los que después hará referencia en una de sus canciones) y que se llamó Lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer.

En 1968 surge, ya dominical y ya matutino… en una primera etapa de 8 a 9 de la mañana En Familia EN, patrocinado por Editorial Novaro y los concursantes se ganan libros y cuentos. Para 1972 se abre a otros patrocinadores y corre de 7 a 10 de la mañana, hasta su última emisión el 20 de diciembre de 2015.

Su entrañable ‘Loco’ Valdés.

"¿Te llevas tus regalos, cuate… o le entras a la 'catafixia'?" La catafixia… palabra en 'idioma mautro' (el lenguaje de los marcianos que se inventó un día con Germán Valdés Tin Tan) que significaba un canje a ciegas… todos los regalos ganados, a cambio de una sala de Muebles Troncoso, una tele… o de un anafre, una olla tamalera o una escoba de varas para barrer la banqueta. Era el momento cumbre del programa, por muchas razones. Pero fundamentalmente porque lo creó Xavier -no Chabelo-, para poner a prueba y a la vista, la codicia… como elemento dominante de la naturaleza humana.

Fue fundamental el director musical Ángel Jalili y ahí encontraron su primera plataforma jóvenes edecanes que un día se convirtieron en figuras continentales del espectáculo, como Verónica Castro, Yuri o Eugenio Derbez.

El edecán… Derbez

De lo que no se ve: durante muchos años Chabelo hizo cabaret… la segunda función de los sábados terminaba a las 4 de la madrugada. Apenas daba tiempo de darse un baño y llegar -ahora sí que 'en vivo'- a preparar el programa que iniciaba a las 7 de la mañana. Difícil… o más difícil: como aquel día que detrás de la escenografía, durante un ensayo Xavier recibió la llamada de Rosita, su hermana y asistente. Para explicar la logística por la visita al programa de un niño en fase terminal con un tumor en el cerebro, cuya última voluntad antes de morir, era conocer a Chabelo… que en ese instante se mordió una mano, puso la otra sobre la frente. Y se quebró. En todos esos pedacitos que nunca vuelven a quedar igual.

Paralelo al redituable programa que batió todas las marcas inalcanzables de permanencia al aire (47 años), el gran público que se deleitaba con La carabina de Ambrosio no olvida su papel como Pujitos… el muñeco de ventrílocuo sobre las rodillas de César Costa… no lo olvida en aquella sección de Los cuñaditos con Aída Pierce y Alejandro Suárez… no lo olvida en la mejor parodia telenovelera que ha existido: Mercado de lágrimas, al lado del propio Suárez y Judith Velasco, quien hacía en el más perfecto género de la farsa teatral, a una madre sufrida y quien años después de haber proporcionado tanta diversión, en 1994, víctima de la depresión, se suicidó arrojándose a las vías del Metro en la estación División del Norte.

Capítulo de Mercado de Lágrimas

El muñeco Pujitos.

Era una joya esto de ‘Los Cuñaditos’

Ha hecho poco cine el amo de la televisión. Será por eso. Debuta en Viaje a la Luna , donde comparte con un elencazo: Kitty de Hoyos, Vitola, Tin Tan, El Loco Valdés, Sergio Corona, Alfonso Arau, Julián de Meriche, Borolas, Viruta y Capulina, Polo Ortín y su tutor, Ramiro Gamboa. Los casi abuelos de hoy no se perdieron aquella saga de tres cintas producidas por Alfredo Ripstein y estelarizadas por Chabelo y por Pepito (Martín Ramos). Queda su breve, pero inolvidable participación con Cantinflas en una escena de El extra (1962). Más para acá en la cinta de Disney, Coco (2017), hace la voz del custodio en el mundo de los muertos. Y lo más más reciente, hace un par de años, interpretó al feroz 'coronel', en el Complot Mongol, bajo la dirección de Sebastián del Amo.

Poca gente sabrá de su intensa relación con el mundo del teatro, partiendo de que fue alumno como la mayoría de los mejores actores formales de este país, de Seki Sano. A partir de ello, participó desde mediados de la década de los 60 en obras con las más grandes figuras de la comedia sobre el escenarios… como, por ejemplo, el enorme Óscar Ortiz de Pinedo en Doble play… y en donde ya incursionaba desde entonces su amigo, Jorge Ortiz de Pinedo. Sin aparecer en el reparto, fue un muy activo productor en la década de los 70 y 80… participó en la realización de cosas importantes en el Teatro de los Insurgentes, tales como aquel musical de El fantasma de la Ópera, con Julio Alemán. Durante más de una década hizo al Ciutti en el Tenorio Cómico con Paco Malgesto, hasta la muerte de éste. Hizo mucho, pero mucho 'callo' participando en teatro de revista con aquella Caravana Corona de Guillermo Vallejo.

Programa de la obra con Óscar Ortiz de Pinedo.

Chabelo en los grandes carteles del teatro de revista.
Hizo 10 años a Ciutti en el Tenorio Cómico.

En 1975 se incorporó a la comedia musical Sugar, al lado de Enrique Guzmán, para tomar el papel que dejó Héctor Bonilla. Es un actor formado. Lo sabemos quienes lo vimos en el teatro Aldama por ahí de 2003 en La fiaca, con Sergio Corona, Luz María Aguilar, doña Queta Lavat y Mauricio Castillo.

Tiene 30 discos como Chabelo… que en su momento se vendieron como pan caliente. En ellos se asoman cosas muy finas. Como el tema 'Progreso' de Roberto Carlos y que le orquestó Chico O'Farril, como los coros de los hermanos Castro, como aquel tema de la gigantesca compositora argentina María Elena Walsh, El reino del revés… y desde luego, los discos que grabó con la obra de Francisco Gabilondo Soler Cri Cri, que no sólo los autorizó, sino que aportó a sus propios músicos… tras dos años de rogarle.

De Xavier López casi nadie sabe sobre su riquísima cultura musical. Conoce y canta de pe a pa la obra de José Sabre Marroquín, de Mario Ruiz Armengol, de Vicente Garrido, de José Antonio Méndez… todos ellos sus amigos e involuntarios maestros. Estudió batería y es buen percusionista. Pero cuando avanza la noche y 'está de vena', hay que verlo pulsar la guitarra… especialmente para acompañarse temas de Sabre… o la muy desconocida Qué dirías de mí, de María Grever. ¡Uh, cómo la canta! Cimbra. Nada que nadie se imagine, y es de entenderse.

Ya cuando tiene en un puño y llorando a su conmovida audiencia, aprovecha para rematarlos con sus virtudes como declamador, y cerrando los ojos suelta aquello de : "Una niña pisó una rosa / levantóse entonces la rosa… y le dijo sin prisa / ¡'ora niña babosa… fíjese dónde pisa!".

Por Teresita Miranda, incondicional… amorosa compañera desde 1966 y madre de sus tres hijos, tiene devoción… le habla de usted. Su amor por México y lo mexicano es inaudito y contagioso. En corto y ante la belleza, es uno de los seres más sensibles entre los sensibles. Y ante quienes torpemente lo suponen chistoso de tiempo completo o cruzan la línea del respeto, es rudo sin filtros… como aquel campeón nacional de lucha grecorromana que fue en sus juventudes y que no consiguió el dinero para competir en las olimpiadas de Helsinki (1952).

Teresita Miranda, su compañera desde 1966.
Teresita… inseparable… incondicional.

Escucharlo hablar de toros en un tendido de sol es siempre tomar una cátedra: como de tantas cosas, sabe más de lo que cualquiera supone. Colecciona ranas porque tienen su condición: jamás caminan hacia atrás. El tanque de las lágrimas, siempre lo trae lleno… se le desbordan a la primera emoción. Todo el tiempo. Y bueno, así está.. tan querido. Cumpliendo 86 inviernos… que han pasado como si fueran 13 primaveras.

Niño de corazón a corazón. Esencia de la cultura popular que por casi cinco décadas llevó a la categoría de tradición un programa de TV… que en la memoria nunca terminó. Si acaso, lo que desde entonces no existe en este país, es el domingo.

Y ese niño nuestro. Que inevitablemente, creció.

@diazbarriga1



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