Dos crímenes, Evangelina Elizondo y Ana Bertha Lepe...

  • MILENIO Retro
  • Carlos Díaz Barriga

Ciudad de México /

En la última semana de mayo de 1960, se pudieron ver dos impactantes escenas del cine mexicano. Estaban tan bien logradas que los odios, las balas, los muertos y los funerales… fueron de a de veras.

Acá la historia de dos jóvenes entonces muy famosos de la pantalla grande, que se fueron a la fosa del panteón y a la fosa del olvido, luego de que murieron a tiros con una noche de diferencia, por razones separadas. Y de dos famosas, sus acompañantes. No salía de la conmoción la sociedad mexicana por el primer asesinado… Ramón Gay, cuando surgió el segundo, Agustín de Anda.

Ramón Gay en puesta teatral con Evangelina Elizondo.
Ana Bertha Lepe y su prometido, el joven actor charro Agustín de Anda.

A las 2 de la mañana del ya sábado 28 de mayo de aquel año 60, la elegante actriz Evangelina Elizondo conversaba con su amigo el actor Ramón Gay dentro del Dodge de éste, cuando se les apareció ebrio, celoso e iracundo el ex marido de ella, un ingeniero petrolero llamado José Luis Paganoni… la jaló del cabello para sacarla del auto, Gay intentó defenderla y lanzó un certero puñetazo en el rostro del agresor, que a su vez sacó un revólver y disparó con tan mal tino… que varios tiros dieron en la pared o en la banqueta, pero una bala le pegó en la aorta al colega y amigo de Evangelina, que se tiró al piso en medio del charco de sangre para abrazarlo mientras le decía "no me dejes morir… no me dejes morir". En el Hospital Rubén Leñero, hicieron lo posible… como se dice elegantemente cuando algo no se puede. pero al amanecer Gay ya no vio el sol.

Al momento de su muerte tenía 42 años, pero ya sumaba una increíblemente abundante participación en 90 películas… como extra, como reparto, como coestelar y en los últimos años, como estelar, ya era un galán cotizado en la industria.

Lo mismo había aparecido sin crédito y como ‘poste 7’ en ‘Ay Palillo no te rajes’ (1948), con el legendario Jesús Martínez ‘Palillo’; de ’árbol 5’ en ‘Calabacitas tiernas’ (1949) con Tin Tan; como gángster de reparto en ‘Quinto patio’ (1950) con Emilio Tuero y Emilia Guiú; o de coestelar en una de las mejores cintas del llamado ‘cine negro’ mexicano, ’En la palma de tu mano’ (1951) con Arturo de Córdova y Leticia Palma. Hizo un papel importante en ‘La estrella vacía’ (1960… año de su asesinato) con María Félix e Ignacio López Tarso.

Ramón Gay con Martha Roth.
Ramón Gay con Sara Montiel.

Protagonizó un par de cintas como el famoso detective radiofónico 'Carlos Lacroaix' (¡Cuidado Carlos, cuidado!… 'Dispara Margot, dispara!)… nuestro lejano James Bond made in México, mercado que años después se atendería con Julio Alemán haciendo a ‘Alex Dinamo’ en otro par de películas. Después, con la trilogía de ‘La momia azteca’ Gay obtuvo gran popularidad y mucho cartel en ese divertidísimo género del cine fantástico o de ficción región cuatro del tercer mundo.

Aquella madrugada, cuando su última escena en su papel de héroe salvador de la muchacha, había acordado con ésta (Evangelina Elizondo) que estacionara su Cadillac frente de su casa en Río Rhin 60 de la colonia Cuauhtémoc para irse en su Dodge a trabajar en la obra ’30 segundos de amor’ que juntos hacían en el teatro Rotonda, en la mera glorieta de Etiopía. La idea era después irse a cenar y no andar en dos carros. Así lo hicieron. Y al volver por el auto de ella, ya los estaba esperando el ex marido, con su papel de matón perfectamente aprendido.

Bueno pues en el funeral se destacó la imagen de un personaje que se abrazaba al ataúd en un mar de llanto desgañitado y sin control: Arturo de Córdova, amigo y protector de Gay… que siendo gay, despertó en la prensa amarillenta todo tipo de especulaciones (… bueno, una especulación en concreto).

Vamos con la segunda historia. Pues también se destacó que entre la enorme fila de dolientes llegaron a la capilla 21 de Gayosso para dar el pésame la actriz y vedette Ana Bertha Lepe y su prometido, el galán de películas rancheras Agustín de Anda… tuviera o no talento, era hijo de papá y papá era el entonces poderoso productor y director Raúl de Anda (que en los 40 se consagró como actor en su papel de ‘El charro negro’); de manera que de no haber pasado lo que la noche de ese sábado pasó… se le auguraba un gran porvenir al chavo, entonces de 26 años y con unas 12 de películas en en su CV.

Ana Bertha Lepe y Agustín de Anda, tenían fecha de boda para un mes después del crimen.

Después del funeral, Agustín llevó a su novia Ana Bertha que se presentaba para un número hawaiano en el cabaret ‘La Fuente’, que estaba en Insurgentes y San Antonio. Ahí se encontraba el militar en retiro, Guillermo Lepe, padre y representante de aquélla.

El joven de Anda se sentó con el inminente suegro a ver el show, bebieron y de pronto comenzó una discusión… el chavo reclamaba que el papá la quisiera mandar a Acapulco con el presidente de Indonesia con el pretexto de organizar un festival de cine y avisaba que en cuanto se casara con ella (ya tenían fecha para el 26 de junio siguiente… un mes después), la retiraba del negocio del espectáculo. Total que como dicen los lords en el Parlamento británico, a los dos se les calentó el hocico. Por lo que elegantemente optaron por salir a las escaleras del cabaret… y a las dos de la madrugada… también a las dos de la madrugada, cuando el muchacho hizo un movimiento que amagaba con sacar un arma, el viejo fue más rápido y le metió dos tiros. Uno en el abdomen y otro en la cabeza. Unas horas después, Agustín de Anda regresaba a Gayosso. A la capilla de junto, a la 22. Y con el papel principal.

Los asesinos de estas dos historias… ambos tuvieron un desenlace judicial idéntico. Su defensa, en cada caso, justificó que habían asesinado en defensa del honor. A Paganoni 10 años de cárcel… se la rebajaron a ocho y por comportamiento ejemplar, salió a los 5. En el otro caso, Ana Bertha Lepe invirtió todos sus recursos en la defensa de su padre, al que logró sacar de prisión… también a los 5 años.

Todo todo… como una película de Tarantino… donde unos personajes pasan frente a otros, sin saber que el universo los tiene conectados.

¿Y qué fue de ellas? Bueno, pues Ana Bertha vivió muchos años… murió en el 2013, de casi 80. Un día contaremos nada más su historia, pero en resumen fue una mujer muy bella… la primera mexicana que destacó en Miss Universo con un cuarto lugar en 1953, que representando a Francia ganó la también actriz Christiane Martel, bellísima, que hizo una breve carrera cinematográfica (15 cintas) hasta que en 1961 se casó con Miguel Alemán Velasco, que habrá dicho, ‘me gustaría que se retirara del espectáculo’… y por lo visto nadie se opuso.

Miss Universo 1953. Ana Bertha Lepe, cuarto lugar. Christiane Martel, primero.

Volviendo a Ana Bertha Lepe, trabajó con las grandes figuras, pasando por Pedro Infante, Sara García, Elsa Aguirre, Tin Tan, Luis Aguilar, Piporro, Columba Domínguez, Antonio Aguilar, Arturo de Córdova, Andrés Soler, varias con ‘El Santo’, con Blue Demon, Cornelio Reyna y la última cinta fue ‘El Patrullero 777’ con Cantinflas (1978). Y trabajó en una docena de telenovelas hasta 2001.

Ana Bertha Lepe… la historia le tenía una horrenda jugada.
Ana Bertha Lepe… vivió casi 80 años.

En tanto Evangelina Elizondo, de la que igualmente tendríamos que hacer un Milenio Retro completo, murió en 2017 y alcanzó los 88. Se dio a conocer en 1950 por la pura voz, haciendo el doblaje al español de ‘La Cenicienta’ para Walt Disney. Era una mujer culta con una belleza muy especial y una sensualidad ante la cámara muy singular… de joven era como una Marilyn Monroe muy nuestra. Trabajó mucho en cine (más de 60 películas… con grandes figuras) y sin embargo, habiendo envejecido con tanta belleza como categoría, el papel que la consagró para siempre en la memoria de la gente, fue en 1997 el de ‘Mamá-Lena’ en la telenovela ‘Mirada de Mujer’.

Mujer culta… con belleza muy especial.

Evangelina Elizondo… se consagró como ‘Mama-Lena’ en ‘Mirada de Mujer’.

Hasta aquí este par de historias del espectáculo en el México retro, que se detonaron -literalmente- una detrás de la otra, en un lapso de 24 horas… con los ingredientes infalibles de fama, pasión y sangre. Dos de las escenas más realistas jamás logradas por actores mexicanos.

El poderoso método de Stanislavsky que hace a los actores vivir la experiencia emocional del personaje a interpretar, es un juego de niños comparado con el método a la mexicana de aquellos años. Una locura. ¿Cuántas historias anónimas habrá por cada historia de famosos? No se tenía que ser un delincuente para andar armado; era algo normal y si se daba el caso, tampoco era normal que hubiera largas discusiones. Visto está que duraban, cuando mucho, dos o tres balazos.

La gente con más de 70 años lo recordará… y los que no, descubrirán en lo sucedido aquel fin de semana de aquel fin de mayo, uno de los mejores thrillers de producción nacional… que en su momento cautivó al gran público. Y sin pagar boleto.

@diazbarriga1


Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS