Desde el lejano 1949 la República China y Taiwán se separaron a causa de una guerra civil, que concluyó con la victoria comunista, lo que orilló al frente nacionalista derrotado a replegarse en lo que se conoce como Taiwán y ahí hicieron su fortaleza.
Sin embargo, este nuevo estado se unificó y estableció una democracia manteniéndose independiente de la poderosa china comunista.
Esta pequeña isla fue prosperando y ha llegado a establecer una economía estable y pujante que mantiene altos niveles de calidad de vida para sus 23 millones de habitantes.
Durante los siguientes casi 70 años, Beijing ha estado insistiendo en unificar a una sola nación China y hacer que Taiwán se someta a su régimen. Pero no lo ha logrado.
La China continental ha presionado desde hace décadas para que Taiwán vaya perdiendo poco a poco sus relaciones diplomáticas y comerciales con otros países, muchos han accedido debido a la presión económica que puede ejercer el gigante asiático, pero hay países como Estados Unidos, que mantienen sus vínculos con Taipéi e incluso son los principales proveedores de armamento para la pequeña nación, esto ha sido señalado en diversas ocasiones por el Gobierno de Beijing, sin que se los norteamericanos hagan algo al respecto.
En la búsqueda de esta unificación, Beijing ha sido muy enfático en los últimos días en asegurar que no dudará en usar la fuerza para llevarla a cabo.
La tensión se ha intensificado desde el 2016 ya que la presidenta Taiwanesa Tsai Ing-Wen ha escuchado a su gente y ha decidido rechazar un acuerdo político de 1992 en donde se señalaba puntualmente que solo existía una China única.
El mundo sigue sufriendo las consecuencias de la Intervención Rusa en Croacia y lamentablemente ya estamos en los albores de un nuevo conflicto social que podría enemistar, aún más, a las grandes potencias.
En estos últimos días se han observado algunas incursiones o movimientos militares por parte de China y como respuesta a estas señales, se han reactivado los ejercicios militares Taiwaneses.
Además, las relaciones entre Estados Unidos y la pequeña nación se han intensificado, a grado tal que, la Presidenta de la Cámara de Representantes Norteamérica, Nancy Pelosi, ha anunciado una posible visita a Taiwán, causando el descontento del Presidente Chino Xi Jinping que a su vez ha declarado que ese acto por si solo sería una intromisión atroz del pueblo norteamericano en los asuntos exclusivos de su nación.
Es Notorio que Estados Unidos no quiere un conflicto con la poderosa nación asiática, pero se mantiene apoyando a Taiwán, ya que le representa un aliado en esta importante región.
Si el mundo tuviera que lidiar con un conflicto Asiático sumado a la fuerte crisis energética y alimentaria que está ocasionando la guerra en Europa oriental y la intervención en los mismos de potencias bélicas globales, como lo son China, Rusia y Estados Unidos; estaríamos en un enorme riesgo de generar una situación de peligro latente para la humanidad.
Esperemos que la cordura y el diálogo permitan que ambas naciones resuelvan sus diferencias y no ocasionen un conflicto que pudiera ser de consecuencias catastróficas para todo el planeta.