Similitudes de nuestro México Independiente

  • La tercera de Isaac
  • Carlos Gerardo Landeros Araujo

Laguna /

La independencia de México fue producto de una compleja combinación de factores sociales, políticos, económicos e ideológicos que se fueron gestando durante siglos de dominio colonial. 

A continuación, haré una comparativa entre los factores que propiciaron la lucha independentista en el siglo XIX y los factores similares que pueden observarse en el México actual.

Durante el periodo colonial, los criollos, descendientes de españoles nacidos en América, estaban excluidos de los principales cargos políticos, que eran ocupados por los peninsulares. 

Esto creó un resentimiento entre las élites criollas, quienes veían limitado su poder y participación en el gobierno. 

Además, la invasión napoleónica y la abdicación de Fernando VII en 1808 desencadenaron una crisis política en la monarquía española. Esto dejó un vacío de poder y una oportunidad para que las colonias cuestionaran la legitimidad del dominio español.

En la actualidad, aunque México es una democracia, existe un constante debate sobre la eficacia de la representación política. 

Algunos sectores de la sociedad sienten que las decisiones políticas benefician a una élite económica o a ciertos grupos privilegiados. 

La corrupción, el nepotismo y la falta de transparencia en algunas instituciones generan desconfianza en el gobierno. 

México atraviesa un periodo de polarización política. Los movimientos sociales y la división entre sectores que apoyan el gobierno y aquellos que lo critican han generado tensiones, similares a las que existían entre los criollos y peninsulares. 

Tanto en el México colonial como en el actual, el descontento con la representación política y la percepción de un gobierno que no representa adecuadamente los intereses de todos los sectores han sido factores de tensión.

Si nos referimos a factores sociales, la estructura en la Nueva España estaba fuertemente estratificada. 

Los peninsulares gozaban de privilegios, mientras que los criollos, indígenas, mestizos y castas ocupaban posiciones inferiores. 

La pobreza y la explotación de las clases populares crearon un profundo malestar social que fue aprovechado por líderes insurgentes como Miguel Hidalgo y José María Morelos. En la actualidad, aunque se han logrado avances en ciertos indicadores sociales, 

México sigue enfrentando altos niveles de desigualdad. Existe una brecha significativa entre ricos y pobres, y ciertas comunidades, especialmente indígenas y rurales, siguen estando marginadas económica y socialmente. 

Este sentimiento de exclusión ha provocado movimientos sociales que exigen mayor justicia y equidad. 

Al igual que en el México colonial, ciertos grupos sociales enfrentan discriminación y barreras para acceder a oportunidades de desarrollo, algo que resuena con el malestar de las clases bajas durante la independencia. 

Aunque la forma de la exclusión ha cambiado, las tensiones sociales persisten.

Si hablamos del rubro económico, el sistema colonial imponía fuertes restricciones al comercio y la producción local. 

Las colonias solo podían comerciar con España bajo condiciones que beneficiaban exclusivamente a la metrópoli. 

Esto sofocaba la economía local y causaba resentimiento entre los criollos y comerciantes locales. 

Aunque México es parte de la economía global y ha liberalizado su comercio, la concentración de la riqueza en manos de unas pocas élites sigue siendo un desafío. 

La economía informal y la pobreza siguen afectando a grandes sectores de la población, generando tensiones económicas que se manifiestan en demandas de reformas estructurales.

En muchas regiones de México, especialmente en el sur y sureste del país, persiste una falta de oportunidades económicas, lo que genera migración interna y hacia Estados Unidos. 

Esto es comparable al resentimiento económico que los criollos y las clases populares sentían hacia el sistema colonial. 

Aunque el contexto económico ha cambiado, la desigualdad y las limitaciones económicas siguen siendo factores de tensión en la sociedad mexicana. 

La percepción de un sistema económico que beneficia a unos pocos ha sido un motor tanto en la lucha por la independencia como en los movimientos sociales actuales.

Aunque el contexto es muy distinto, varios de los factores que impulsaron la independencia de México tienen paralelismos con los desafíos actuales. 

La desigualdad, el descontento con la representación política, las tensiones económicas y la influencia de ideas progresistas siguen siendo elementos relevantes en la sociedad mexicana contemporánea. 

Estos factores, aunque no indican una inminente insurrección, reflejan las tensiones históricas que aún existen en el país, y resaltan la necesidad de atender las desigualdades persistentes para evitar fracturas sociales profundas.


gerardo_landeros_araujo@yahoo.com.mx

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