El encanto de Antonio Ruiz ‘El Corcito’

  • Malas compañías
  • Celeste Ramírez

Edomex /

Hoy abordaré a uno de los más significativos artistas plásticos, Antonio Ruiz “El Corcito” (Estado de México, 1897 - Ciudad de México, 1964), quien formó parte de la Escuela Mexicana de Pintura.

Aunque nació en Texcoco —cuna del retratista Felipe Santiago Gutiérrez— la vida de El Corcito se desarrolló en Ciudad de México, donde guardó un estilo y resistió varios embates: las modas, la burocracia, el bajo ingreso económico, los sexenios posrevolucionarios y hasta de algunos de sus contemporáneos como David Alfaro Siqueiros, quien cuestionó su dirección al frente de la Escuela de Pintura y Escultura “La Esmeralda”.

Ruiz se resistió a ser incluido en movimientos y en tendencias, se negó a todo tipo de maniobra publicitaria, a las grandes exposiciones —aunque expuso obra en Estados Unidos, España, Colombia, Francia, Inglaterra, Japón, Alemania, Viena, Bélgica y Suecia—además, rechazó vender obra. Fue un hombre discreto que supo mantenerse al margen de los eventos sociales, de las polémicas de la época, así como del movimiento artístico mexicano, sin que ello le representara perder el reconocimiento y hasta admiración de maestros plásticos y dramaturgos de su época.

En Antonio Ruiz “El Corcito”, Instituto Mexiquense de Cultura, 1994, Luisa Barrios, crítica de arte y nieta del artista, define la personalidad de su abuelo como auténticamente mexicana, que mostró una preocupación por la problemática social, plasmada irónicamente a través de su obra.

En palabras del propio Antonio Ruiz podemos encontrar una de las posibles causas de su mexicanismo: “El movimiento artístico mexicano moderno nació justamente con la Revolución y por lo mismo trae la fuerza y la inquietud de una nueva cultura que tiene orígenes en el corazón del verdadero pueblo”.

El pintor se centró en asuntos cotidianos y populares llevados a los terrenos de la metáfora y la crítica, plasmó “las emociones y sentimientos de diversos aconteceres de la vida del pueblo”, como lo afirmó el pintor Manuel Rodríguez Lozano.

El propio Antonio Ruiz decía: “El arte… no es un placer; es una brega difícil que encierra sacrificios y grandes disciplinas; el goce del arte es para el pueblo o público que, aun cuando no lo puede hacer, pero lo ama, lo entiende y lo desea”.

De acuerdo con Reygadas, G., en Antonio Ruiz “El Corcito”, DIMART A.C., México, 1987, en su trayectoria artística realizó únicamente piezas de pequeño formato que se pueden contabilizar en más de 218 obras de diferentes técnicas como óleos sobre tela, temples, gouaches, acuarelas, stencil, murales, dibujos a tinta, con lápices de color, a lápiz y varios bocetos.

Antonio Ruiz ‘El Corcito’ fue un gran representante de la escena urbana cotidiana, vista desde la crítica y la sátira. De la vida y trayectoria de este pintor hace falta más acercamiento y reflexión.


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