Hace no mucho en un traslado de trabajo el conductor que pusieron al volante de la vagoneta en la que viajábamos varias personas se perdió en un paraje rural de nuestro México, en una zona muy bella en paisajes, pero muy peligrosa por los bandas que la asuelan.
El camino se ponía cada vez peor, de carretera asfaltada pasamos a un empedrado, luego a terracería y luego a una brecha angosta con grandes baches y derrumbes entre sembradíos y cercas de alambre de las que permiten el paso solo a un vehículo.
En el camino algunos pasajeros preguntaron educadamente si íbamos por la ruta correcta y el conductor respondía que sí, que eso indicaba su aplicación, pero en esa zona ya no había internet, ni señal telefónica… ni gente.
Al cabo de un tiempo, uno de los pasajeros pidió acercarse a una vieja pick up con la que nos topamos en el camino. La conducía un hombre de sombrero maltratado por las labores del campo.
Al preguntarle si íbamos por el camino correcto para llegar a nuestro destino el lugareño viéndonos con extrañeza nos dijo que no, que debíamos regresar hasta cierto pueblo que habíamos atravesado hacía una hora atrás. Que seguir por esa ruta era muy peligroso y no pasaríamos la sierra en esa vagoneta no apta para el terreno agreste.
Regresar y retomar el camino correcto consumió una hora más y no llegamos a tiempo a lo que íbamos.
Justo eso siento ahora que nos ocurrió en estos tiempos.
Hace seis años una persona nos dijo que iba a donde queríamos, muchos le creyeron y nos subieron a todos con él.
En el camino, pese a las evidentes señales de alerta siempre se nos dijo que íbamos bien. Hubo muchas dudas, pero siempre se nos dijo que así se lo indicaba el pueblo sabio que no se equivoca, un Waze populista, pues.
En la anécdota hubo quién generosamente nos dijo que íbamos mal y nos tuvimos que regresar, perdimos mucho tiempo, pero rectificamos y fue lo mejor.
En estos años preguntamos y muchos nos advirtieron que íbamos mal y mírenos: seguimos avanzando hacia el camino que escogieron muchos hace seis años.
Ojalá tengamos en el futuro un buen internet o alguna otra herramienta para rectificar el rumbo en algún momento, en algunos días, en algunos años, en algunas décadas. Ojalá.