Cuántas veces un letrero en la calle te ha sacado una sonrisa o hasta una carcajada?
¿A cuántas fonditas o puestos de comida has llegado a comer porque tiene rotulado un personaje simpático disfrutando un sabroso taco humeante o una despampanante torta?
¿O cuántas veces miras un letrero pintado en una barda que, sin leerlo, con solo ver el tipo de letra ya sabes que es un sonidero o una “guerra de bandas” o un maratón de cumbias?
Como buenos mexicanos estoy seguro que has hecho esto muchísimas veces sin reparar en por qué nos enganchamos, por qué hicimos click con algunos letreros, productos, servicios y negocios.
Justo esos letreros que a diario vemos toman un nuevo significado y se vuelven más interesantes luego de apreciar la exposición “Sensacional de diseño mexicano”, un montaje singular que “mete” al museo a cientos de rótulos que estaban sueltos por las calles, pero que, clasificados por su temática y su formato nos revelan de manera hasta lúdica la idiosincrasia del mexicano en unos cuantos trazos y colores.
Seleccionar de entre miles de carteles, letreros, envolturas y hasta ilustraciones en cajas de “productos milagro” que coexisten en mercados, tianguis, callejones, carreteras y avenidas de todo México debe ser una tarea titánica, pero las piezas de esta exposición son suficientes para mostrarnos la riqueza cultural que hay en los rótulos y en los dibujos hechos por improvisados artistas de barrio y en muchas veces por solo unos cuantos pesos.
Las secciones que muestra la exposición son muy disfrutables como la de comidas y bebidas, la de lucha libre, de sonideros, de presentaciones de bandas y una muy singular, la de cajas de jabones con supuestas propiedades mágicas, como para atraer al amor platónico, el dinero en abundancia, acabar con embrujos y hasta para recuperar a la persona amada.
La exposición acaba de ser inaugurada en el Museo de las Artes de Guadalajara y con un poco de suerte hasta te topas en sus pasillos con Deborah Holtz, una de las “culpables” de que ahora no vea con los mismos ojos de antes cada rótulo con los que me topo en la calle.