Los mayores decían que el amor y el dinero no se pueden ocultar. Añadiría que las preocupaciones tampoco.
Conforme nos acercamos a las elecciones del 2 de junio -y al tercer y último debate presidencial del próximo 19 de mayo- cada día, desde el poder, se advierte cómo crece un halo de duda sobre el resultado de la elección presidencial.
Aunque en el discurso los principales políticos de Morena sostienen que Claudia Sheinbaum va segura al triunfo que porque en “todas” las encuestas aventaja en más de dos dígitos a la opositora Xóchitl Gálvez, también desde los más altos niveles del régimen surgen señales inequívocas de preocupación sobre la continuidad del obradorato.
La primera señal fue la apertura y desempeño de la ex Jefa de Gobierno en el segundo debate presidencial en el que, desde su primera intervención y siendo la primera el hablar criticó a Gálvez, tal como se recomienda a los candidatos que van en desventaja y que deben atacar a su principal competidor con el fin de restarle puntos ante el electorado.
La segunda gran señal fue la zarandeada que le puso la candidata opositora quien la acorraló con preguntas relacionadas con casos de corrupción en su pasado personal y en la actual administración federal. La urgió a definirse, pero la abanderada oficialista optó por no responder dejando en la opinión pública la idea de que no investigará ni castigará el abuso de poder.
Otro indicio de la preocupación morenista es la nueva oleada de intromisiones de Andrés Manuel López Obrador en temas propios de campaña al impulsar y forzar la aprobación de una polémica reforma al sistema de pensiones y más recientemente la aprobación de la exención de impuestos para trabajadores que menos ganan.
A esto se ha sumado la difusión de encuestas en las que AMLO sale con una alta popularidad, así como la prolongación de las Mañaneras en las que pretende convencer por insistencia y cansancio de los supuestos avances de su gestión y beneficios de una eventual continuidad.
Ese interés enfermizo por asegurar el triunfo podría llevar a acciones desesperadas con el fin de conservar el poder en manos de quien ahora lo detenta de manera constitucional… después, no lo sabemos.