No al neo autoritarismo II

Ciudad de México /

En vísperas de la segunda marcha en defensa de la democracia cabe revisar someramente la respuesta del régimen a esta movilización promovida con el lema “Mi Voto no se Toca”.

Seguro de que será una movilización ciudadana de impacto -independientemente de la afluencia- Andrés Manuel López Obrador y su gobierno endurecieron en la última semana su discurso en contra y para ello han recurrido a estrategias básicas de la propaganda para apuntalar políticamente a su gobierno.

La principal ha sido polarizar entre “buenos” y “malos”: Por un lado ponen a “el pueblo bueno”, a su gobierno que lo protege con sus reformas y programas sociales, y en el otro bando todos los que no coincidan con él.

Posicionó su jerga hasta en sus adversarios favoreciendo con ello su discurso: Ahora no hay quien no sepa qué es un fifí, un neoliberal, una marcha de “privilegiados”.

Repetición hasta la saciedad: todos los días, por todas las plataformas, todos sus propagandistas, todos sus youtubers, sus influencers y sus difusores alineados repiten incansablemente tres o cuatro ideas centrales para desacreditar a la marcha.

Forzan la unanimidad incondicional. No hay posturas intermedias entre la del régimen y las que no lo respaldan ciegamente. No existen para ellos las gradualidades ni los matices, así, es sencillo orillar a que cualquier persona se tenga que definir a favor o en contra.

Maximizar yerros del adversario y relativizar o desacreditar las buenas acciones de los opositores. Para esto usa dinero público para sus aliados y propagandistas y la conferencia mañanera se ha convertido en la bocina más grande del país para señalar a los “enemigos” de México.

Más recientemente han apostado por vincular sucesos inconexos con la marcha de mañana: Insisten en que participar en la protesta de este 16 de febrero es apoyar a delincuentes, a Genaro García Luna -encontrado culpable por un jurado en Estados Unidos-, a Felipe Calderón y al PAN.

El ingrediente principal en todos los casos en el discurso presidencial es y seguirá siendo el llamar a las emociones de la población para obtener una respuesta y una acción que no responda a la razón, sino que sea un simple acto reflejo a su favor.

Celso Mariño

Twitter: @Celso_Marino1
  • Celso Mariño
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