Renuncia Gatell

Ciudad de México /

Las presentaciones vespertinas del subsecretario de Salud Hugo López-Gatell Ramírez han pasado de ser un derroche de arrogancia, soberbia y petulancia a ser, en últimas fechas, suplicantes e indefendibles trincheras en las que se pertrecha para tratar de defenderse de la dura y adversa realidad que no quiso ver a tiempo.

La deshonestidad científica y una vergonzosa sumisión a las ocurrencias presidenciales lo exhibieron desde hace meses, pero los argumentos que él mismo daba en junio para defenderse de los señalamientos independientes sobre que íbamos mal ahora le golpean cada día en la cara: Ya somos el tercer país a nivel mundial en número absoluto de muertes causadas por SARS-Cov2, pero también el primer país en número de muertos por millón de habitantes en las últimas semanas; la curva no se ha aplanado y somos líderes en cuanto a personal de salud muerto por la pandemia.

La desesperación por apuntalar su mal diagnóstico lo ha llevado a tratar de manipular la opinión pública sobre la gravedad de la situación: uno de los primeros cambios fue modificar la presentación de las gráficas, ya no muestra la tendencia al alza de casos sino de una “ desaceleración ”de los contagios; redujo –literal– el número de fallecimientos en sus presentaciones (ahora son un minúsculo recuadro) y lleva más de 60 días asegurando que ya pasó lo peor ... pero los casos y muerte muerte.

Su argumento imposible de verificar por un ciudadano cualquiera de que no se han saturado los hospitales de pacientes de covid-19 sería el reconocimiento implícito de una tragedia: hay camas vacías pero morgues llenas.

En vez de corregir la errada estrategia para contener la pandemia como lo han sugerido prestigiados médicos y científicos independientes, tal como lo han hecho otros países, López-Gatell Ramírez invierte su tiempo en hacer recuentos amañados lo cual sería excelente para cumplir con un burocrático reporte, pero no para salvar vidas.

Ningún argumento que diga ahora es suficiente para justificar la muerte de más de 56 mil personas. Su insensibilidad es inconmensurable. Por humanidad, Gatell debe dejar su cargo. 


celso03@icloud.com

  • Celso Mariño
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