El Tribunal Electoral de Tamaulipas lleva cinco años operando desde la virtualidad, una justicia que no termina de abrirse a la ciudadanía ni de transparentar sus decisiones. Funcionarios que aspiran a ocupar una magistratura lo dijeron sin rodeos: falta transparencia, falta cercanía, falta regresar a la vida pública.
Ante senadores, el presidente del Ietam Juan José Ramos Charre fue directo: hay un “déficit importante” en la transparencia del órgano. Según dijo, volver a las audiencias presenciales es clave para recuperar legitimidad.
Roxanna Guerrero, directora del Instituto de la Defensoría Pública, puso el dedo en otra llaga: el Trieltam no solo necesita abrir la puerta, también necesita hablar claro. Sentencias comprensibles, versiones ciudadanas, videos, infografías y un portal interactivo. Y es que la simple existencia de resoluciones públicas no basta si nadie puede entenderlas.
Krisna Villado, fiscal de Delitos Electorales, fue más allá: aplicar la ley no es suficiente cuando la estructura misma permite que las malas prácticas escalen sin control. Para ella, el reto es desactivar esas inercias antes de que comprometan la integridad de los procesos.
EL MONSTRUO DE MIL CABEZAS
La violencia de género es un monstruo de mil cabezas. La mayoría de las mujeres hemos visto en algún momento uno o varios de sus rostros, y cada uno golpea de forma distinta. No es un fenómeno aislado, sino un sistema que se sostiene.
La violencia se adapta, se disfraza y se normaliza, mientras las instituciones avanzan a cuentagotas y la impunidad sigue siendo la mejor aliada de los agresores.
Hace nueve años enfrenté un episodio de violencia cibernética, amenazas desde la cobardía del anonimato, y Rosy Rodríguez Quintanilla se solidarizó y me brindó apoyo, ofreciéndome información y orientación para acceder al mecanismo que protege a los periodistas cuando se encuentran en riesgo por su labor. Finalmente, resultó que la agresión a mi persona tenía otro origen, que la Fiscalía de Justicia me ayudó a descubrir.
Es reprobable que después de todo lo que ella vivió años atrás, siga recibiendo violencia en total impunidad. Mi solidaridad, respeto y admiración para Rosy, fundadora de la Red de Mujeres Periodistas de Tamaulipas.