en Madero se vivió una historia estrujante que parece sacada de una película de terror, pero que lamentablemente sucedió en la vida real.
Una mujer espera justicia después de vivir durante 28 años el peor trato que se le puede dar a un ser humano: fue esclava doméstica y sexual y le arrebataron a sus hijos.
Una profesora se la trajo con engaños de un pueblo al norte de Veracruz, siendo apenas una niña de 11 años que aún estaba en la primaria. Bajo la promesa de que le daría calidad de vida y estudio, la llenó de ilusiones y la arrancó de su hogar, dejando a su madre un teléfono y un domicilio falsos.
Ahí empezaba su pesadilla, pues los planes de la señora era tenerla de esclava doméstica prisionera en su casa, donde fue abusada sexualmente por el esposo e hijos de la mujer.
En esa casa vivió un verdadero infierno. La dejaban sin comer y fue violada muchas veces.
Al quedar embarazada, sus verdugos trataron que abortara pero no lo lograron por lo avanzado de su gestación.
Tuvo dos hijos que fueron arrancados de su lado y nunca más los volvió a ver. En la actualidad son unos jóvenes que ella busca con desesperación.
Todo el tiempo estuvo amenazada de muerte con un arma de fuego y la drogaban para evitar que llorara cuando le quitaron a sus hijos.
Para ella no había esperanzas de escapar y denunciar su calvario pues inclusive solo hablaba huasteco.
Fue hasta en 2014 cuando logró escapar y llegó a Monterrey, pero la mujer la localizó y amenazó con acusarla de robarle sus alhajas si no regresaba con ella.
Hoy en día la norveracruzana quiere justicia, pero principalmente encontrar a sus hijos. Hace ocho años denunció penalmente pero le dijeron que su acusación era improcedente por falta de pruebas.
Vivió el horror, pero su testimonio no era suficiente para que se le hiciera justicia. Una nueva denuncia está en marcha ante la Fiscalía y seguramente la justicia divina, esa no le habrá de fallar.
Ella desea que sus hijos sepan que no los abandonó y que seguirá buscándolos hasta encontrarlos.
Del caso se sabe que Martha de la Cruz, de la colectiva feminista Mujer Manglar y el abogado Eustacio Reyes la están apoyando, pero ninguna fibra parece haber movido esta historia entre las autoridades. _