El consumidor de la actualidad busca productos que se consideran más saludables, con altos valores nutricionales y libres de agroquímicos. Esto es fundamentalmente debido a la preocupación acerca de las consecuencias negativas para la salud humana y el medio ambiente. Este fenómeno es importante en países desarrollados donde los alimentos orgánicos están tomando popularidad y su demanda refleja un importante crecimiento.
En Europa, en particular, la agricultura orgánica tiene una imagen pública positiva, y una parte importante de la población ve a la agricultura orgánica como una solución y a la agricultura convencional como amenaza La agricultura orgánica representa para muchos agricultores y profesionales una forma de agricultura sostenible que permite la reducción de la contaminación de suelos y aguas con agroquímicos y combate también la erosión. Redes de supermercados de Europa exigen de sus proveedores productos frescos libres de agroquímicos para asegurar una oferta de productos sin residuos de sustancias nocivas para la salud.
Se puede definir como un sistema global de gestión de la producción que pone en el centro de su manejo la importancia en la conservación de los sistemas en donde conviven en forma armónica organismos vivos y medio ambiente. Frente a esta propuesta, es obligación valorizar la existencia de los posibles beneficios para el productor y consumidor, asegurando que estemos produciendo efectos cuyos resultados no desvíen del verdadero desafío de la agricultura, que es poder suministrar alimento en cantidad y calidad ala población que crece a un ritmo meteórico.
¿Es posible que la agricultura orgánica alcance niveles de producción similares a la convencional? Un informe de la ONU (2021)estimó que aproximadamente 823 millones de personas sufren hambre. En los años 60 del siglo pasado para alimentar una población de 3.5 billones de personas, cada hectárea agrícola debía producir alimento para 2.3 personas. En 2020 la población alcanzó los 7.5 billones, por lo cual esa misma hectárea debería alimentar 5.3 personas (Faostat).
La revista científica Nature realizó una encuesta en la que se demuestra que la agricultura orgánica posee menores rendimientos que la convencional por unidad. El significado de menor producción por unidad de trabajo representa una mayor necesidad de superficie, más agua, semillas, trabajo por unidad de producción, etcétera.
El segundo punto a analizar es el valor nutricional de los productos orgánicos.
¿Naranjas orgánicas tienen mayor contenido de vitamina C que las cultivadas en sistemas convencionales? ¿Son las fresas orgánicas más nutritivas que las convencionales? A menudo los consumidores piensan que los productos orgánicos son más nutritivos y saludables que los cultivados bajo sistemas convencionales. Desde el punto de vista científico es claro que el valor nutricional de los productos dependerá de un importante número de factores, como el tipo de suelos y su contenido de nutrientes, clima, edad de la planta y tiempo de cosecha. La existencia de diferencias entre ambos sistemas existe, pero no necesariamente significa que un sistema produce productos de mayor calidad y valor nutricional que el otro.
En referencia al uso de diferentes agroquímicos, debe señalarse, que en la agricultura convencional el uso de agroquímicos deberá ser acorde a las normas que ministerios responsables y servicios de protección vegetal fijan. En países desarrollados existen normas y reglamentaciones estrictas en referencia al tipo y cantidad de residuos de agroquímicos permitidos para el mercadeo de los productos.
La pregunta es en qué medida estas normas son relevantes para la salud humana. Una revisión sistemática de más de 200 trabajos científicos realizada en la Universidad Stanford (California, EU) llegó a la conclusión de que las frutas y verduras orgánicas no poseen ninguna ventaja nutricional comparadas con aquellas cultivadas en sistemas de agricultura convencional. Además, cuando los alimentos poseían restos de agroquímicos acorde a las normas sanitarias no se encontraron diferencias en los efectos sobre la salud.
Si bien la visión de la agricultura orgánica es digna de ser respetada, la realidad no es blanco y negro. Vivimos en un mundo que no es dicotómico, entendiendo que las soluciones están en la fusión. La tendencia de hoy es producir en forma que se eviten los riesgos sanitarios y ecológicos provenientes de la agricultura convencional. El cumplimiento de las normas sanitarias, los análisis continuos de presencia de restos de sustancias químicas en los alimentos, el mejoramiento de prácticas de manejo, etcétera.
El manejo integrado de plagas (IPM), por otra parte, es un sistema que combina métodos de trabajo basados en principios físicos, mecánicos, biológicos, químicos y genéticos. Se basa en la prevención por medio del monitoreo constante de los cultivos y la aplicación de dichos métodos reduciendo o eliminando el uso de agroquímicos, minimizando el impacto al medio ambiente.
El sector agrícola en su totalidad deberá ofrecerle al consumidor todos los datos necesarios en forma sencilla y veraz para que él pueda decidir qué alimento consumir y paralelamente asegurar el acceso de alimentos sanos y a precios accesibles a toda la población.
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