Este viernes se conmemoró el 64 aniversario de que las mujeres mexicanas votaron en una elección federal, un 3 de julio de 1955. La reforma se había concretado un par de años antes al publicarse el decreto; con ello, el presidente Adolfo Ruiz Cortines cumplía una promesa de campaña. Se habían concretado los esfuerzos de una lucha que empezó muchos años antes, pero que comenzó a ver sus primeros logros en 1947 cuando se dio acceso al sufragio en elecciones municipales. Fueron 8 años intensos. Pero el siguiente escalón no se puedo subir sino hasta 1979. Tuvieron que pasar 24 años de una ley ya vigente para que llegara al poder la primera gobernadora: Griselda Álvarez, en Colima. La mujer mexicana tuvo sus derechos políticos acotados durante años, tenía acceso a “votar”, pero no a ser “votada”. Jamás hubo voluntad política de los partidos para postularlas. Pasaron otros 36 años, en 2015 para que, producto de la lucha incansable de muchas, la palabra “paridad” apareciera por primera vez en la Constitución; fue un mandato, no una gracia generosa de los institutos políticos. Pero las postulaciones seguían dejando el derecho a gobernar reducido, pues no existía en los gabinetes estatales y municipales, nuevo cambio a nuestra Carta Magna, ahora sí paridad total… pero, las legislaturas estatales como la de Nuevo León siguen resistiéndose con todos las falacias y lugares comunes posibles para ponerla a modo y seguir impidiendo la igualdad de derechos. El 30 de junio, la tristemente celebre LXXV Legislatura de NL dio otro claro ejemplo de falta de voluntad aprobando una reforma de “paridad parcial”. En primera vuelta, el dictamen trae muchas carencias que ya han sido discutidas. Cabe destacar que 18 de los 32 estados ya homologaron estas reformas y nuestra entidad se sigue destacando por su progreso económico, pero su retroceso en temas de igualdad hacia las mujeres y las minorías sexuales. Reformas “Provida”, antiderechos sexuales, resistencia al matrimonio igualitario y aún le queda un año. Aún hay oportunidad de cambiar las cosas y va de nuevo el llamado a las diputadas. A ustedes no las llevaron ahí sus partido, sino la lucha social de muchas mujeres. No equivoquen de qué lado está su lealtad.
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