Fueron 10 días los que la administración del Parque Fundidora mantuvo la versión del cierre por “falta de recursos”, para después cambiarla por tema de “salud” y después recular y mantener su apertura para actividades deportivas, tal cual venían operando desde que comenzó la emergencia sanitaria.
Poco más de una semana en que la versión cambió de repente. El 15 de junio, Fernando Villarreal Palomo, director general del Parque Fundidora, dijo a Telediario que habían pedido 10 millones de pesos al estado para poder seguir operando, pero aún no había respuesta y se amagó con cierre.
Al día siguiente abrieron una cuenta de banco para donaciones y la dieron a conocer en sus redes sociales; la respuesta fue un repudio generalizado, quejas sobre el exceso en el costo de estacionamiento, las concesiones que operan en terrenos del parque, los eventos masivos y además los altos sueldos que recibe la directiva del Fideicomiso. Cerraron las puertas.
No pasó mucho tiempo antes que circulara en la noticia de un nuevo desarrollo de departamentos en los terrenos del parque, un espacio que concretamente siempre ha sido “privado”, pero que se encuentra aledaño y anunciaba el inicio de construcción, presumiendo al parque como su “patio trasero”.
Nueva ola de indignación; salen los “trapitos” sobre las condiciones ventajosas en las que Cintermex goza de una concesión en la que no tiene grandes obligaciones; el terreno del hotel hace mucho que se vendió; los otros espacios que operan en el terreno: Arena Monterrey, Auditorio Banamex, Plaza Sésamo, y todas las concesiones de comida y bebida; renta de bicicletas, etcétera.
Las constantes críticas por la poca transparencia en la que opera el Fideicomiso, y el hecho de que además se le ha concedido la operación de otros parques públicos del estado. Grupos de ambientalistas realizaron protestas y el Poder Legislativo citó a comparecer a los administradores.
A partir de ese momento, la versión sobre los hechos del cierre cambiaron por completo, en entrevista para El Universal, Artemio Garza Rodríguez, presidente ejecutivo de Fundidora, dijo que el cierre fue por salud y no por quiebra. De reversa el quiebre y hasta la campaña de donaciones.
Ya entrados en gastos, de una vez se debería considerar la reversa a muchas concesiones y a quienes han mantenido el monopolio en la dirección del Fideicomiso.