Qué indignante que duela más un pronombre, que un crimen; que las fiscalías del país sigan lanzando valoraciones tan rápidas, a partir de investigaciones no concluidas que sólo ratifican su prejuicios sobre las mujeres y la comunidad LGBTIQA+; y que algunos y algunas políticas y ciertos medios no entiendan que malgenerizar a le magistrade, vulnera su derecho a la entidad y es revictimizante.
En un pais tan machista y violento como éste, Jesús Ociel Baena Saucedo fue la primera persona en obtener un acta de nacimiento no binaria en Coahuila; el primer pasaporte no binario en México; la primera credencial para votar con casillero no binario; el primer título academico de maestre en derecho electoral, y por si fuera poco, hizo historia convirtiéndose en el primer magistrade electoral no binario en América Latina.
Atreverse a romper con el círculo de invisibilidad que socialmente se le ha asignado a la comunidad a la que pertenecía, le significaba permanentes mensajes de odio y discriminación, e incluso amenazas de muerte. Aun así, en un país que ocupa el segundo lugar después de Brasil en cantidad de crímenes de odio contra las personas LGBTIQA+, el fiscal de Aguascalientes, Jesús Figueroa Ortega, prefirió compartir información que desde ya, en una investigación que sigue abierta, impuso una narrativa miserable alrededor de su muerte y la de su pareja, y así una construcción de la realidad que empata con los prejuicios sociales contra los que Jesús Ociel tanto luchó.
“Crimen pasional”, con lo que por tantos años han invisibilizado feminicidios y asesinatos de las personas LGBTIQA+, es la palabra mágica, cargada de morbo y espectacularidad, con la que fiscalías y algunos medios cierran toda posibilidad de verdad y justicia para las víctimas y sus familias, y desconocen la existencia de violencias estructurales.
La familia de le magistrade expresó su molestia y desaprobación e hicieron “un llamado a la población a que no crea” la versión de la Fiscalía de Aguascalientes. En declaraciones para Milenio, Dulce Baena, hermana de Jesús Ociel Baena, resaltó que su hermano fue víctima de amenazas en múltiples ocasiones, siendo hace cinco días la más reciente.
Le magistrade no sólo se reconoció como una persona no binaria sino que decidida y valientemente politizó su identidad. Con sus distintas expresiones, nos puso a hablar, a comentar, a reflexionar; su abanico expandió las posibilidades de poder ser, y aunque la identidad no binaria no es algo nuevo, Jesús Ociel lo puso con claridad y mucho color sobre la mesa y en las pantallas de televisión, en las redes, en un puesto público y en los honorables tribunales reservados para “encorbatados”.
Si algo “positivo” puede resultar de esta tragedia es que el reconocimiento de la identidad de género en México se siga extendiendo. Es el mejor homenaje a la memoria y la lucha de Jesús Ociel Baena Saucedo: le magistrade. ¡Y la queso...porte!