No es la primera vez que el Congreso de Perú apoya una moción de censura para declarar persona non grata a un mandatario. Sucedió primero en febrero pasado con Gustavo Petro, presidente de Colombia, por asegurar que “la policía marcha como nazis contra su pueblo”—como si no fuera cierto—, y ahora con el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
“Muchas gracias, muchas gracias [por declararme persona non grata], me sentiría muy mal si esos legisladores y la señora que detenta el poder me entregaran una condecoración o me aplaudieran, a lo mejor me produciría vergüenza”, fueron las palabras de López Obrador frente al hecho.
¿Declarará también Dina Boluarte a Human Rights Watch y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos organizaciones non gratas luego de los demoledores informes contra su administración? ¿Será su único plan para afianzar la autoridad que no tiene en el escenario internacional?
Desde que asumió su cargo Dina Boluarte renunció a hacer política; mientras el pueblo peruano pedía en las calles soluciones políticas, su única respuesta ha sido siempre el autoritarismo, una deriva propia de los gobiernos débiles para mantenerse en el poder. Como el matón del barrio lanza golpes por doquier acusando a cualquiera, menos a sus decisiones, de la inestabilidad que provoca su pacto con el Congreso y sus oidos sordos a los reclamos de la gente. Uno que otro golpe al aire distrae a veces a la prensa de la grave crisis interna que vive Perú.
Boluarte cree firmemente que la política de la mano dura es la única que la puede sostener en el gobierno y estos “enfrentamientos” con otros mandatarios le dan cierto aire. Tan preocupada por la dignidad del pueblo peruano que no se ha llevado a cabo una sola investigación por las más de 60 muertes de sus compatriotas durante las protestas populares.
Recientemente, organizaciones sociales acordaron retomar las protestas con miras hacia la Gran Toma de Lima el próximo 19 de julio, y uno de sus primeros movimientos será este 30 de mayo, cuando acordaron realizar un paro nacional. Para los políticos desconectados lo que no pasa en Lima no pasa en Perú y muy seguramente la respuesta serán nuevamente las balas.
Boluarte es únicamente un elemento útil en turno. Una aprobación del 15% dista abismalmente de representar el sentir de un pueblo. La preocupación de América Latina debería volcarse en el clamor del pueblo peruano por soluciones y no en los dichos de quien se agarra de lo que sea para mantenerse a flote.
Lo que el viento a Juárez…
@DanielaPachecoM