Con la muerte de Gerardo Sosa Cravioto, hijo del universitario Don Gerardo Sosa Castelán, se ha puesto de relieve lo que la gran mayoría de los de por esta ciudad sabemos, las cosas dentro de la Universidad del Estado “huelen” mal, producto de quien la ha tomado como algo suyo, y que ha hecho de todo con ella.
La muerte de su hijo es la gota que derramó un vaso que venía año con año llenándose, su llenado comenzó desde que el escritor Alfredo Rivera nos entregó el libro “La Sosa Nostra”, y por el cual se le vino a bajo el mundo acabando casi con su carrera periodística, y es que Gerardo Sosa papá, desde que formó el “Grupo Universidad” se encumbró en un poder absoluto, cometiendo en varios casos excesos, sobre todo en el manejo de los dineros; esa misma ansia de poder lo llevo a renunciar al partido de sus amores (el PRI) ya que en dos ocasiones le negaron la gubernatura del Estado, por lo que termino haciendo lo que muchos otros más, se afilió a MORENA.
Desde su nuevo partido, el año pasado hizo y deshizo en el Congreso Local, impidiendo en muchos casos el buen desempeño de ese organismo (la aclaro que no él, más bien fue su “equipo” de trabajo). Esto le acarreó un número mayor de enemistades; lo anterior aunado a su presidencia en el patronato de la UAEH donde se dice que las cosas no se han administrado bajo el deber ser, terminaron por enrarecer su mundo.
No se necesita ser muy letrado en estos temas lector mío, para darse cuenta de que, detrás de todo esto hay alguien, hay una mano (o varias) orquestando el golpeteo a Sosa, y de otra manera lo quieren hundir, hoy toca la revisión de los dineros de la Universidad, que, de confirmarse el desvío de estos, el patronato además de exhibido quedará crucificado.
Veremos el curso de la historia.
dacc_cardenas@yahoo.com.mx