“Nunca limites a dónde correr puede llevarte. Quiero decir geográficamente, espiritualmente y, por supuesto, físicamente”
Bart Yasso
Especialistas nos sugieren estar lo más cerca de nuestro peso ideal para tener un buen desempeño al correr y alejarnos de las lesiones.
Muchos comenzamos a correr buscando disminuir el sobrepeso y la obesidad. Sin lugar a dudas correr es una muy buena medida para quemar calorías y con ello lograr un déficit calórico que signifique pérdida de peso. Cuando tenemos varios kilos de más, basta con trotar algunos minutos diariamente para registrar cambios en la báscula en cuestión de días, prácticamente sin necesidad de modificar ningún otro hábito. En mi caso, llegando a pesar casi 90 kilos, algunos meses de trote fueron suficientes para quitarme 15 de ellos.
En ese intento de utilizar la carrera como herramienta para bajar de peso, pudiéramos poner en jaque a nuestras rodillas. Correr trae consigo un impacto importante para nuestro cuerpo. Diversas voces advierten que si seguimos corriendo destrozaremos nuestras rodillas; sin embargo, estudios sostienen que los corredores suelen sufrir menos padecimientos de rodilla que aquellas personas sedentarias. Lo que está comprobado es que por cada kilogramo de peso corporal perdido, logramos una disminución de 4 kilos de peso sobre nuestras rodillas; es decir -en voz del doctor Antelm Pujol- “el exceso de peso tiene un impacto directo en la salud de nuestras articulaciones”; yo añadiría que esto aplica para corredores y no corredores.
Tomando esto último en cuenta y aprovechando los beneficios que correr brinda para el control de peso, te sugiero: intenta modificar cuanto antes tu dieta. Los grandes resultados que conozco en distintos atletas están más relacionados con lo que comen que con la cantidad, frecuencia e intensidad del ejercicio que realizan. Quítate calorías y con ello peso, y después comienza con la actividad física, para posteriormente comenzar a correr. Aunado a ello, calienta y enfría, cuida tu calzado, aumenta progresivamente la carga, y mantente en contacto con un especialista que pueda -al menos esporádicamente- revisar tu desempeño.
Abastecimiento: Si puedes, acércate a una tienda especializada en calzado deportivo para que te recomienden modelos acorde a tus características; un buen calzado es parte de un desempeño seguro.