Lukas Avendaño: encontrarse, reconocerse y dignificarse

Ciudad de México /
En redes se presenta como “muxe 'performer' trans multi disciplinar”.Radio Zapatista


Yo soy Lukas Avendaño, originario de la región del Istmo de Tehuantepec, en el estado de Oaxaca. En esta ocasión he venido a dar mi tequio a este Encuentro Rebel (Revel) Arte, convocatoria del EZLN. Estamos aquí en el Cideci de San Cristóbal de las Casas.

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Radio Zapatista es un colectivo de comunicadores independientes que surgió en 2006 en el contexto de La Otra Campaña lanzada en aquel entonces por el EZLN. Durante el reciente encuentro zapatista celebrado en el Caracol Jacinto Canek y en la Universidad de la Tierra de San Cristóbal de las Casas, fue uno de los medios libres, autónomos, alternativos, o cómo se llamen, que cubrió las actividades.

En su canal de YouTube compartieron una entrevista que realizaron con el artista muxe Lukas Avendaño.

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Bueno, yo soy del Istmo, y en los últimos diez años ha habido una efervescencia relacionada con los muxerismos. Particularmente he intentado venir reflexionando sobre los muxerismos, sobre todo cuando empiezo a tener proximidad con unos relatos que hablan de la región de Istmo de Tehuantepec como forjadora de homosexuales, ese istmo donde las mujeres mandan, un matriarcado en el que al último de los hijos casi lo obligan a ser homosexual, a cuidar a los papás y a las mamás cuando son grandes.

Entonces, esta es una reflexión que yo he venido haciendo, pero también es una realidad que he venido viviendo por mi manera sentimental, por mi manera sexo afectiva en cómo me involucro con la gente.

Entonces eso es por un lado y por otro lado, pues constantemente se nos pregunta ¿desde cuándo existen las muxes? Eso me llevó a intentar buscar referencias y me encuentro con que los peninsulares cuando establecen contacto con los amerindios en el territorio de lo que hoy es Estados Unidos de Norteamérica y Canadá, la llamaron berdaches a los hombres y mujeres de dos espíritus, entonces yo intenté hacer algo imaginando que no existe esta división del territorio, que no existen los países: ¿Cómo los muxhes podrían vincularse también con esa memoria?

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Alguna vez alguien me preguntó si me inspiraba EZLN y yo dije que no, que el EZLN no me inspiraba. El EZLN me ayudó a encontrarme.

Yo vengo de Tehuantepec, en donde, a pesar de que tiene una memoria histórica de descendientes de pueblos indios y tenemos prácticas tan cercanas, como los pueblos de San Blas, tenemos la producción de maíz, de repente no reconocemos ser indios, por un lado y por otro lado, Tehuantepec, por ser un corredor en donde tuvo mucho contacto desde el primer contacto con los peninsulares, pues se volvió con mucha gente circulando por ahí, entonces, de repente nos hicimos muy rápido mestizos y muy rápido mexicanos.

Y en ese mismo sentido, todo mi proceso de infancia, yo recuerdo que la constante era: tienes que ir a la escuela para ser alguien en la vida, tienes que ir a la escuela para ser alguien en la vida, como si no fuéramos alguien ya, pero eso iba de la mano, que ser alguien en la vida significaba dejar de ser campesino, dejar de reconocerte indio, dejar de ser prieto, como si eso se pudiera borrar de una manera.

Y yo creí en eso.

Toda la primaria, la secundaria, sobre todo la preparatoria y mi deseo de estar en la universidad tenía que ver con eso que yo quería ser alguien en la vida. Y en que quería dejar de ser indio o tener que borrar todos esos rasgos que me connotaban como indio.

Terminó la universidad y cada vez que viajaba de Tehuantepec a Oaxaca, por ejemplo, que subía a migración, siempre me pedía identificarme y yo no podía entender por qué me pedían identificarme. Hasta que me doy cuenta que no era mexicano. Mi fenotipo no era mexicano, mi fenotipo era guatemalteco, no sé.

Y entonces aparece el EZLN. Primero puso en balanza que ser indio es valioso. Y en ese momento cuando aparece eso, todavía me parecía muy lejos Chiapas. Y aunque iba acercándome despacito y de a poquito, porque también me parecían como ajenos, por esa construcción mental, aunque somos casi iguales, de los indios ya no había en México.

No es hasta que en el 2000 sabe y convocan a los otros amores, que yo empecé a decirlos dignamente Otros amores, cuando nos nombran tan poéticamente de esa manera, a los berdaches, a los muxes, a los putos, a los come cuando hay, a los que se atascan, cuando hay lodo, a las que se la comen doblada, etcétera, etcétera, etcétera… cuando nos llaman dignamente los otros amores, yo dije sí, ya me vieron. Ahora sí me sentí convocado y fue cuando por primera vez puedo decir yo que dije “si yo soy adherente del EZLN”.

Y a partir de entonces soy adherente del EZLN y a partir de entonces, por eso digo, no me inspiran, su presencia me hizo que me encontrara con esa dignidad.

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Estar aquí, el significado de estar aquí para mí no es más que cumplir con mi tequio. A veces, cuando bailo en comunidad, la gente después de que bailo llega, me toca, me persigna, me abrazan, me da las gracias y les digo no, no me den las gracias. O sea, este es mi tequio, esto es lo que yo menos mal hago. Si me ponen a hacer pan, lo voy a hacer mal. Si me ponen a hacer tortillas lo voy a hacer mal, pero lo que menos mal se hacer pues es bailar y hacer teatro y ese es mi tequio. A ustedes que hacen las tortillas, nadie va a la cocina y las persigna y las toca si son verdad, porque ustedes hacen las tortillas, ustedes hacen el pan o hacen la comida, entonces mi oficio tampoco es nada extraordinario, es un oficio… Los mejores zapateros están haciendo zapatos, los mejores albañiles están haciendo adobes, los mejores campesinos están sembrando maíz y cosechando. Entonces, lo que yo hago es eso también: sembrar también.

Pero eso significa para mí venir a dar tequio. Lo que doy es incomparable con lo que yo he recibido. Si no existiera el EZLN seguramente yo creería que no tengo cara de indio, yo creería que camuflarme con la camisa blanca manga larga y poniéndome la camisa por dentro del cinturón y con los zapatos boleados, el portafolio y peinadito con gel, con el cabello cortado, seguiría creyendo que entonces hay mil oportunidades que se abren para este cabeza de jabalí, para este cara de ídolo, como decía mi abuela.

Pero no. Eso es una mentira. Entonces a mí, creo que la aparición del EZLN es la que me hace encontrarme, me salva de lo que me reste de vida, del dolor de encontrarte todo el tiempo con la puerta que se te cierra enfrente.

Ese texto que digo de mi abuela es palabras que yo escuché. Palabras que yo escuché cuando yo la acompañaba al mercado y que te corren porque no tienes un permiso para vender, porque vendemos en la calle, porque somos los indios que siempre parece que andamos ahí mendigando.

Y es entonces lo que yo presento ayer berdache. Alguien diría, ¿qué tiene que ver los muxes y los bardachs y los putos con tu bisabuela? Pues si no existiera la bisabuela yo no existiría. Si mi bisabuela no hubiera parido a mi abuela y mi abuela no hubiera parido a mi madre Felipa y si mi madre Felipa no me hubiera parido a mí, ¿qué?

Entonces, lo que yo vivo se compara nada con lo que ellas han vivido. Y el valor que sí que tiene el EZLN es que por 500 años se aguantara ese dolor y que al final se saliera a decir basta ya, lo que hago yo es insignificante.

Y entonces pues me siento en la responsabilidad de venir a compartir para que conozcan a mi abuela. Que puedan darse cuenta que la abuela que ellos tienen no es diferente a mi abuela. Y aunque para algunos puedan pensar que soy el artista, es como decirles, no compas, no, su abuela de ustedes pudo haber sido mi abuela. Y mi abuela y mi bisabuela, seguramente es la abuela y la bisabuela que ustedes tienen en la casa.


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