Depravar está en su naturaleza

Ciudad de México /

El escándalo provocado por los nuevos libros de texto oficiales es consecuencia de un trabajo gubernamental perverso y mal hecho, porque un gobierno depravado lo que toca lo deprava.

Muchos especialistas califican a esos panfletos como la apología de una sola ideología, con la cual se busca encadenar y estupidizar a los educandos. Al proyectar sólo una mirada del mundo, dicen los expertos, son en realidad meros instrumentos de propaganda, plagados de errores y mentiras imperdonables, y con pésima calidad pedagógica, educativa y cultural.

Los errores en gramática, matemáticas, geografía, historia, física, astronomía y otras disciplinas exhiben a sus autores como una recua de mentecatos trasnochados, quienes se proponen envenenar a los niños y jóvenes mexicanos, y hacer de ellos trogloditas adoctrinados “para la lucha de clases”, en la cual únicamente hay “opresores y oprimidos, dominantes y dominados”, ahondando así la división y los resentimientos entre los mexicanos. De esa manera Tartufo (desde su bien denominado rancho) buscará seguir imponiendo sus odios y fanatismos a través de su corcholata.

Hay muchas preguntas al respecto, entre ellas:

¿Por qué el crimen organizado hecho gobierno esperó hasta el último año del sexenio para dar este albazo, llamándolo “revolución de las consciencias”?

¿Por qué no hizo una amplia consulta a los padres de familia, maestros, gobiernos estatales y especialistas para la elaboración de esos libros, como lo establece la ley?

¿Por qué el secretismo en el proceso de diseño y elaboración de esas bazofias?

¿Por qué actuaron al amparo de la oscuridad como ladrones de los nuevos cerebros y consciencias de México?

¿Qué méritos académicos y pedagógicos tienen los autores de esas porquerías, como el exfuncionario de los gobiernos de Chávez y Maduro?

¿Por qué no se ha publicado el plan educativo requerido para decidir los contenidos de tales libros?

¿Por qué el crimen organizado hecho gobierno reservó por 5 años la información de los autores de esos bodrios?

¿Al amparo de qué ley niegan información a los padres de familia, los maestros y a la sociedad en su conjunto, si se refiere a la educación y cultura de lo más sagrado de México: sus niños y jóvenes?

Las verdaderas víctimas de esta felonía (si no se impide) serán los educandos más pobres de México, los cuales sólo tienen acceso a las escuelas oficiales, porque las escuelas particulares podrán corregir las mentiras, suplir las deficiencias y quitar la cizaña.

Por eso, además de la lucha valiente de un gran número de mexicanos, de varios gobiernos estatales y de los partidos de oposición, el Poder Judicial debe anular esa lanzada en contra de las nuevas generaciones de mexicanos.

Lo reitero: EL CRIMEN ORGANIZADO HECHO GOBIERNO, lo que toca lo deprava: está en su naturaleza.


  • Diego Fernández de Cevallos
  • Abogado y político mexicano, miembro del Partido Acción Nacional, se ha desempeñado como diputado federal, senador de la República y candidato a la Presidencia de México en 1994. / Escribe todos los lunes su columna Sin rodeos
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