El Mayo Zambada es un hombre excepcional y pronto lo veremos en las pantallas cinematográficas, porque vivió 50 años ininterrumpidos al frente de una formidable organización criminal, sin pisar cárceles ni comisarías. Logró esa mala odisea manteniéndose ¡durante medio siglo! oculto como fiera en abruptos montes, imponiendo el terror y aprovechando el poder corruptor del dinero.
Es posible que viéndose viejo y gravemente enfermo se entregara a las autoridades yanquis buscando beneficios para él y sus hijos. Si llegó ante ellas a causa de una traición es sólo un asunto entre mafiosos. La vida, la muerte y los pingües negocios de esos y otros grupos criminales continuarán. Después de 12 días de lo sucedido, lo vergonzoso para México es que su gobierno todavía no tiene ni la menor idea de cómo y de qué lugar del territorio nacional salieron (o fueron secuestrados) dos ciudadanos mexicanos, para quedar a disposición del soberbio Imperio.
Resulta patético, conmovedor y humillante ver y escuchar “al mejor presidente que ha tenido México” rascándose las orejas cuando dice, de manera dificultosa, tarda y vacilante que él no fue, que no sabe nada de nada, y le suplica al gobierno de Biden que por favor le informe lo que sucedió aquí. Y si algo faltara, la secretaria de Seguridad y el gobernador de Sonora se contradicen y desmienten entre sí. Pues entonces ¿dónde queda su reiterada baladronada de que él sabe todo lo que sucede en México, porque el residente es el hombre mejor informado?
Lo cierto es la total desconfianza entre las autoridades de ambos países, pues los agentes de allá violan constantemente nuestro territorio y soberanía; y los de aquí, con frecuencia, frustran las capturas de delincuentes al ponerlos sobre aviso de los operativos policíacos.
Lo más trágico es que México seguirá siendo por mucho tiempo rehén de todo tipo de violencias, porque el crimen organizado implica a narcotraficantes, tratantes de personas, secuestradores, violadores, contrabandistas, huachicoleros, pornografía infantil, extorsión, sicariato y mucho más.
Pero hablando específicamente del narcotráfico, pensemos ¿por qué si en Estados Unidos fluyen diariamente ríos de drogas, no hay matanzas como aquí? La explicación que encuentro tiene dos motivos:
1) Allá se tolera y administra el negocio, pero se castigan los asesinatos que cometen las mafias; y
2) Allá los mafiosos no invaden unos los territorios de otros (trátese de la plaza que sea), mientras que aquí la ambición de dominio hace despiadada la lucha entre las mafias, y sus crímenes quedan impunes, porque muchas autoridades forman parte de los mismos grupos delincuenciales.
Las capturas de El Mayo y Guzmán López sólo modificarán la correlación entre cárteles, pero gran bien le harán a México si cantan y cantan fuerte.