Chalco: los jóvenes y la emergencia

  • Columna del Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S.J.
  • Dr. Luis Arriaga Valenzuela y S.J.

Ciudad de México /

Actualmente la realidad social pasa por el registro de las redes y los medios electrónicos. Por eso, cuando la tragedia toca a las puertas de una comunidad esos registros se vuelven testimonios de una verdad compartida que debe confrontarnos y cuestionarnos. Así ha sucedido recientemente en Chalco y Valle de Chalco: en medio de la crisis ocasionada por las inundaciones de las últimas semanas, Estefany, estudiante del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco (TUVCH), decidió documentar la realidad de lo que estaba ocurriendo en su colonia, una de las muchas afectadas en estos días.

Como estudiante de un proyecto educativo jesuita que cultiva el análisis crítico y la defensa de los derechos humanos, no es extraño que así sea. Desde hace un mes, Estefany ha registrado minuciosamente su experiencia a través de videos, fotografías y textos. Con otras compañeras y compañeros, ella está organizando la documentación para compartir sus reflexiones. Su objetivo es crear conciencia sobre la magnitud de lo ocurrido en los municipios de Chalco y Valle de Chalco.

Adicionalmente, Estefany se ha propuesto ofrecer iniciativas de acción que nazcan desde la sociedad civil. Por ello, el pasado 23 de agosto, en el marco del Foro “Jóvenes Protagonistas del Cambio” —convocado por la Dirección de Atención a la Juventud de Valle de Chalco—, presentó un plan de mantenimiento preventivo.

La iniciativa de Estefany confirma que esta crisis ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades. Las intensas lluvias y la insuficiencia de los sistemas de drenaje han provocado que más de 2,000 viviendas se vean deterioradas, afectando la vida de más de 7,000 personas en Chalco y Valle de Chalco. A más de un mes de lo ocurrido, si bien se ha avanzado en el desazolve de las calles, la situación sigue siendo desafiante. Comienzan a emerger las casas, escuelas y comercios, pero queda por delante la reconstrucción de la cotidianidad en las vidas de las familias de estos municipios. Por eso será necesario trabajar para que lo sucedido no se repita el próximo año, como pasa recurrentemente.

Los registros de Estefany —que han sido compilados de manera colectiva— son un testimonio de lo sucedido: la desaparición de las calles bajo las aguas negras y la lucha de las familias por proteger sus hogares y pertenencias. Al mismo tiempo, consignan la intervención de las autoridades, las reuniones vecinales y los acuerdos comunitarios alcanzados para hacer frente a la emergencia. En su relato, ella narra los desafíos que enfrenta diariamente: desde la dificultad de desplazarse en medio de las aguas hasta la lucha por acceder a servicios básicos como alimento y agua potable. Su testimonio no sólo revela la gravedad de la situación; también ilustra la fortaleza y la solidaridad de su comunidad. Así, Estefany ha documentado la manera en la que los vecinos de Valle de Chalco se han unido para ayudar a las personas afectadas, compartiendo recursos y ofreciendo apoyo mutuo.

A través del TUVCH y de la Parroquia San Ignacio de Loyola, los jesuitas hemos establecido centros de acopio y distribución para apoyar a los damnificados. A su vez, estudiantes, docentes y religiosos se han unido para dar asistencia a las víctimas de este desafortunado suceso. Entre otras acciones, han preparado alimentos para las personas que se quedaron sin la posibilidad de cocinar en sus hogares.

Esto no debe ser motivo de sorpresa. Desde hace más de 200 años, la presencia de los jesuitas en Chalco y Valle de Chalco ha sido constante. Fue entonces cuando la Compañía de Jesús alentó la construcción de un canal concebido para irrigar los campos de cultivo del valle de México. Mucho ha cambiado desde entonces, pero lo sucedido recientemente demuestra que nuestra responsabilidad hoy es contribuir a dar respuesta a eventos hidrometeorológicos, cada vez más frecuentes. Esto es así porque dichos eventos afectan la calidad de vida de las personas que habitan en el oriente del Estado de México.

Históricamente vulnerable a las inundaciones, Chalco ha sido víctima de una urbanización desordenada y de la falta de infraestructura. A ello se agrega ahora un elemento adicional: el impacto creciente de la emergencia climática sobre su cuenca. Esta suma de factores ha creado condiciones de violencia estructural que impiden el acceso a derechos fundamentales como la vivienda digna, el agua potable y un medio ambiente sano para cientos de familias en la zona.

Lo anterior subraya la necesidad de políticas públicas que garanticen una red de protección civil fuerte y efectiva, capaz de brindar apoyo en momentos de emergencia. Por eso es vital un enfoque de gestión de riesgos orientado hacia el cumplimiento de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA).

Garantizar la participación activa de las comunidades en la toma de decisiones debería ser un componente central de ese enfoque, especialmente al promover la equidad social y la sostenibilidad ambiental. Al priorizar los DESCA, podríamos transformar la respuesta a las inundaciones en Chalco y Valle de Chalco; esto sería una oportunidad para reducir la desigualdad y fortalecer el tejido social de ese espacio metropolitano. Ahí se encuentra el potencial de detonar nuevos horizontes de esperanza para su gente. Por eso la voz de Estefany es tan importante: nuestra obligación es escucharla.


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