Que más claro ni el agua y aunque en Hidalgo no se tiene pensado legislar en el estricto sentido de la ley esposa la Presidenta Claudia Sheinbaum ya dijo que esta intención resulta innecesaria porque, según dice, el INE ya hizo la tarea y fijó criterios para garantizar la paridad de género, aunque todavía andan revisando si eso pasa o no el filtro constitucional. De paso, recordó que gracias a ese tipo de reglas hoy hay más mujeres gobernadoras, porque sin el empujón legal probablemente la historia habría sido muy distinta y bastante más masculina.
Que en Pachuca el presidente municipal, Jorge Reyes, decidió ir más allá de los discursos y, durante el festejo del Día del Policía, regaló una casa como forma de reconocer el esfuerzo diario de la corporación. El detalle no fue menor y fue leído como un mensaje claro de respaldo y valoración al trabajo que realizan los elementos en la calle. En la grilla local, más que críticas, el gesto se interpreta como una apuesta del alcalde por dignificar la labor policial y fortalecer la moral interna. Habrá quien lo vea como un golpe de efecto o como una jugada calculada.
Que el diputado Marco Mendoza no tardó nada en bautizar como “una payasada” las mesas de trabajo de la Comisión de Hacienda, quizá pensando que la ocurrencia iba a pasar sin réplica y con aplauso incluido. El gusto le duró lo que un aplauso mal dado, porque en minutos los legisladores de Morena le respondieron en bloque, defendiendo el ejercicio y recordándole que el circo, visto desde otro ángulo, tiene otros protagonistas. En la política, a veces los reflectores se encienden justo para quien menos los quiere.
Que de paso le pusieron el dedo en la llaga al señalar que lo verdaderamente cuestionable es la figura de los diputados plurinominales el intercambio dejó algo claro: mientras unos apuestan por descalificar y hacer ruido, otros prefieren vender la idea del debate serio, aunque sea a golpes verbales. El partido guinda (Morena), por lo pronto, salió fortalecida del choque, y Marco Mendoza aprendió una vez más que en política llamar payasada a algo ajeno suele convertirte, rápido, en parte del acto.