Que la secretaria de Turismo del Estado, Cristina Amescua, anduvo por tierras laguneras el viernes pasado y no precisamente para promover rutas, pueblos mágicos o eventos vacacionales, sino porque en los pasillos del PRI ya suena con fuerza la posibilidad de que sea llamada a contender por la diputación local en el IV Distrito, con cabecera en San Pedro de las Colonias. La visita, dicen, no fue casual ni improvisada, sino parte de esos recorridos que se hacen cuando alguien empieza a medir el ambiente y a saludar a los actores clave.
Que la monclovense primero se dejó ver en la posada convocada por el director del Centro de Convenciones, Rodrigo González, quien anda muy activo, “por si se ofrece”, y no pierde oportunidad de aparecer en la foto y en el radar político. Más tarde, Amescua acudió al Primer Informe de Gobierno de la alcaldesa de San Pedro, Brenda Güereca, a quien ya se le fue un año de administración sin grandes sobresaltos, pero también sin resultados que emocionen: muchas buenas intenciones, discursos correctos y promesas, pero poco que presumir en los hechos.
Que si en el PRI se define que el IV Distrito debe ser para mujer, no hay mucha vuelta de hoja: la abanderada sería Cristina Amescua, lo que representaría un duro revés para el exalcalde Jorge Abdala, quien desde hace meses se ve y se siente candidato. Sin embargo, fiel a la disciplina partidista que siempre ha pregonado, no se descarta que termine sumándose sin chistar al proyecto tricolor, como ya ha ocurrido otras veces.
Que en los distritos de Torreón —VIII, IX, X y XI— hay al menos un nombre que aparece como casi seguro: el del priista Felipe González, actual diputado por el X Distrito, con largo trabajo territorial y con el plus de haberse desempeñado como secretario general del PRI municipal. En el XI se mencionan los nombres de Lorena Safa y Olivia Martínez; mientras que por el VIII figuran el primer regidor Luis Cuerda, Karla Centeno y la propia Safa. Para el IX, dicen que está casi “amarrada” la directora del Centro de Justicia Municipal, Martha Rodríguez, aunque Dulce Pereda podría intentar hacerle sombra.
Como se advierte, no es muy gorda la caballada priista, pero al menos hay cuadros con trayectoria conocida. Y esa podría ser una ventaja inicial, porque del otro lado, en Morena, se habla de perfiles poco conocidos, improvisados y con más pleitos internos que estructura real. La tan mencionada unidad solo aparece en los discursos. El Distrito XI es un ejemplo claro: ahí suena como aspirante Fernando Hernández, esposo de la diputada federal Cintia Cuevas, y hasta ahora eso es prácticamente lo único que se sabe de él. Así el panorama.
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