Que este fin de semana la presidenta Claudia Sheinbaum regresará a CdMx después de pasar unos días en el puerto de Acapulco, Guerrero, donde festejó la Navidad acompañada de su familia. La titular del Ejecutivo federal retomará las mañaneras el lunes 29 de diciembre, aunque posteriormente se ausentará otros días por la celebración de Año Nuevo, mientras que a partir de enero comenzará el traslado de sus conferencias a aquellas entidades que enfrentan problemas de inseguridad.
Que en oficinas del gobierno federal se preguntan qué hará la Fiscalía General de la República, a cargo de Ernestina Godoy, para reactivar los casos que enfrenta Emilio Lozoya, ex director de Pemex, relacionados con Odebrecht y Agronitrogenados, que pronto cumplirán dos años atorados, en parte por las estratagemas legales del ex funcionario, quien ofreció pruebas contra otros implicados y no cumplió, y en parte por la buena voluntad de Alejandro Gertz, quien como titular del MP se creyó esas versiones. El asunto es que pasa el tiempo y no pueden acusarlo.
Que el titular de la Auditoría Superior de la Federación, David Colmenares, concluirá su encargo de ocho años en marzo próximo, aunque no descarta reelegirse y quedarse en el puesto hasta 2034, pese a los cuestionamientos a su desempeño. En este proceso será importante tener en cuenta la denuncia presentada por la presidenta del Sistema Nacional Anticorrupción, Vania Pérez, por incumplimiento de funciones y por inducir a otros servidores “a realizar actos insuficientes e ineficaces con perjuicio al combate a la corrupción”. A ver qué dice la Cámara de Diputados.
Que en el sector salud se da por hecho el relevo de Armida Zúñiga de la jefatura de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, el organismo responsable de regular medicamentos, dispositivos médicos, alimentos y otros insumos. Más aún: se adelanta que el nombramiento de quien llega en su lugar se dará a conocer en enero, como parte de un ajuste en la conducción del organismo, aunque por el momento en la Secretaría de Salud y en la propia Cofepris no quieren agitar las aguas.