Ni el dolor permanente que sufren las familias de personas desaparecidas ni su insistencia para que al menos se les busque, han provocado la reacción de autoridades que, tras el argumento de un cambio en el reemplazo gubernamental, albergaron esperanza entre quienes llevan años buscando a los suyos.
Hoy, no hay día ni noche para aquellos que esperan el regreso de quienes por una circunstancia u otra simplemente desaparecieron y con el desinterés de los gobiernos los han matado poco a poco, como a quienes esperan con una esperanza espiritual no terrenal pues han perdido la fe en los hombres, en la justicia.
Debido a esta indolencia arrastrada por años a causa de los gobiernos y de los políticos, que poco contribuyen a generar una aplicación correcta de la justicia, es que se han conformado organizaciones civiles que tienen una mayor credibilidad ciudadana, pues en el corazón de ellas están las víctimas, llamadas colaterales, de toda la violencia que se mantiene en la entidad.
Gracias a estas asociaciones civiles se han dado pasos importantes en el objetivo de hacer justicia por quienes se sabe fueron secuestrados y no sólo desaparecieron, como considera el gobierno, a pesar de lo cual no los buscan.
Evidentemente hay cadenas de complicidad en este delicado tema pues hasta los mismos activistas deben conducirse, con valentía sí, pero también con la reserva de no provocar una reacción negativa que incluso los lleve a perder la vida como de igual manera ha sucedido, en actos que buscar amedrentar su intención de buscar justicia.
Ahora que son tan evidentes los yerros de pasados gobiernos, y a decir de estas mismas organizaciones, es momento de responder a los gritos desesperados de quienes claman por justicia, por leyes que fomenten el reconocimiento de aquellos que han sido y siguen siendo solo una percepción poco objetiva, pues ni siquiera se contabilizan esos ausentes y menos aún se juzga a quienes han actuado con la venia de quienes hasta hoy, y es un sentimiento general, se han convertido en aliados de la delincuencia.
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Hasta la próxima.