Este mes se están llevando a cabo los informes de los 125 presidentes municipales del Estado de México correspondientes a su segundo año de gobierno, pero como es costumbre la autocrítica lució por su ausencia y todo fue logros y más logros.
Los gobernantes están para rendir cuentas a sus ciudadanos por obligación constitucional, y más aún porque tienen bajo su responsabilidad la administración de los bienes públicos, el dinero del pueblo y por ende su ejercicio debe ser para el bien común.
Los alcaldes, que son la autoridad más cercana al pueblo, son el principal contacto entre gobernante y gobernado, pero aun así hacen diferencia y lo vemos en la forma en la que están rindiendo sus informes.
El día que se supone rinden cuentas es un evento más para el lucimiento personal que para dar cuenta del estado que guarda la administración municipal.
Y es fácil darse cuenta de ello, basta observar quiénes asisten a esos eventos, invitados especiales a los que se les asignan lugares de preferencia, representantes de la clase política y religiosos, así como organizaciones empresariales.
Son eventos donde la entrada es restringida, obvio no llegan los realmente interesados: los campesinos, obreros, estudiantes, madres solteras, es decir, el grueso de la población es ignorado, pues se trata del día del alcalde donde todo debe salir perfecto y no hay tolerancia al mínimo error. Hay que evitar a toda costa que haya un negrito en el arroz que empañe el día del alcalde o la alcaldesa.
No paran en destacar los logros que han hecho en su gestión, los múltiples “beneficios” que le han dado al pueblo, pero no hablan de sus errores en sus decisiones y actitudes autoritarias en algunos casos. No ven necesidad de empañar un evento de esta naturaleza reconociendo lo que no se ha hecho bien.
Esa es la historia de cada año y lo mismo pasa en los informes de los diputados, de los gobernadores, y presidente de la República, aunque ustedes no lo crean siempre hay que hacer lo que se tenga que hacer para que luzca el actor en turno.
Y de la autocrítica, nada. ¿Para qué, si ya solo les falta un año?. Ah, pero algunos buscarán la reelección. Ya veremos cómo les va.