A 20 días de que Delfina Gómez Álvarez asuma el cargo de gobernadora del Estado de México, son muchas las interrogantes que aún están en el aire. Uno de esos temas que están generando incertidumbre en el entorno académico es sin duda cual será la relación de la mandataria electa con la Universidad Autónoma del Estado de México.
No obstante a la autonomía de la máxima casa de estudios de la entidad, la institución siempre se ha visto como una extensión del aparato gubernamental, de hecho la mayoría de los rectores, después de concluir su gestión al frente de la Universidad, se incorporaron al gabinete del gobernador en turno.
De rectores han pasado a ser secretarios del gabinete, en carteras como Educación, General de Gobierno, de Ecología... O alcaldes, directores de organismos autónomos, presidentes de la Comisión de Derechos Humanos, y otros cargos.
El vínculo entre el gobernador y los rectores era muy estrecho, al grado de que el mandatario en turno era quien "palomeaba" a quien ocuparía el cargo en la UAEMex, de hecho también influía en la designación de secretarios del gabinete universitario.
Empero, las condiciones ahora son diferentes, hay un nuevo rostro político en la entidad, distinto al que gobernó 94 años. Es emanado de un partido joven pero con mucho respaldo popular sobre todo debido a su líder moral.
Morena es el partido en el poder, a nivel federal y a nivel estatal. Las relaciones cambian y dependerá de la voluntad de las partes cómo quieren llevarse, si en una confrontación permanente y desgastante o buscar el entendimiento y una buena coordinación.
Si hay voluntad, la relación entre al UAEMéx y la gobernadora será cordial, de respeto y sobre todo de apoyo mutuo por el bien de la educación y la sociedad mexiquense.
Para muchos la universidad puede convertirse en el refugio de los políticos que serán desempleados a partir del 16 de septiembre, dejarán sus cargos y buscarán acomodo en algún espacio académico de la Autónoma.
Aquí es donde las autoridades universitarias, deben ser muy cautelosas, pues tolerar la llegada masiva de políticos desempleados, podría conflictuar las relaciones con la próxima gobernadora, pues no se puede dar cabida a quien no tiene vocación docente y recurre a ello como salida tras quedar fuera de la nómina.
Y si se busca una relación cordial que no afecte a la comunidad universitaria, habrá que ser cuidadosos a la hora de incorporar nuevos elementos a la institución.
El rector Carlos Eduardo Barrera Díaz sabe que el reto inmediato es buscar la mejor relación institucional entre universidad y el gobierno estatal. Hay condiciones para que así sea, dependerá de cómo se establezca el vínculo entre la gobernadora y el rector.
No parece una tarea titánica, solo basta con voluntad de las partes para alcanzar el mejor acuerdo por la óptima relación y coordinación para el bien de la comunidad universitaria y de la población mexiquense.