Las estafas de los autofinanciamientos

  • ADN mexiquense
  • Eduardo Garduño Campa

Edomex /

Armando, como cualquier persona que cuenta con un trabajo seguro y por consiguiente un ingreso fijo mensual, y calculando sus gastos imprevistos, se dio cuenta de la capacidad de ahorro que tiene, y con ello, de aspirar a comprarse un auto de agencia, como parte complementaria de las necesidades básicas.

Y así, con los ahorros ya dispuestos y con la información que tiene de ciertas ventajas para aspirar a sacar un carro del año, pues acudió a una de esas agencias de carros. Todo iba muy bien, le ofrecieron varias opciones, pero en la que más le insistieron es que, de acuerdo a lo que él gana y su capacidad de pago para no sentir presión y demás impactos en su economía, le plantearon la posibilidad de un "autofinanciamiento".

Le dijeron que no iban a rebasar su buró de crédito, tampoco un estudio socioeconómico y que no habría visitas a su casa, porque son las ventajas que ofrece el autofinanciamiento, evitar esas investigaciones para otorgar crédito. Y además porque cada mes se rifaban los números de todos los participantes en este formato y que regularmente en el quinto o sexto mes ya saldría sorteado.

Y así fue, no esperó el sexto mes. En el tercero, Armando recibió la noticia de que había sido seleccionado para estrenar su auto último modelo, de acuerdo con el esquema de autofinanciamiento.

Y aquí llegó la sorpresa. Armando presentó sus documentos y preguntó cuándo le entregarían su unidad. Entonces en la agencia le dijeron que en virtud de que el carro iba a ser tipo crédito, pues necesitaba de un coacreditado, es decir, una persona que asumiera la misma responsabilidad que Armando; y además que no debería de estar en el buró de crédito. Además debía tener un ingreso similar al de Armando, con un trabajo fijo.

Han pasado cuatro meses y Armando sigue sin recibir su auto nuevo, pero eso sí, a él mensualmente le siguen descontando los 14 mil pesos del autofinanciamiento.

Esta es una de las tantas historias que se conocen y basta preguntarle al vecino, al compañero de trabajo, a quien usted desee y le contará historias similares: que los autofinanciamientos, si bien cumplen con la entrega de los carros, lo hacen previo "jineteo" del dinero.

Cheque usted: al autofinanciamiento se inscriben un promedio de cien personas al mes y entre esas se rifan cuatro carros cada mes, es decir, que con la aportación que hacen en un mes todas las personas, pagan hasta 8 o 10 unidades, según el costo y el modelo que hayan elegido.

Es obvio que está regulado este sistema de financiamiento y que aparentemente sirve para apoyar a las personas que no tienen esa capacidad de comprar un carro de contado, o se les complica acceder al crédito. Lamentablemente lo que están haciendo es abusar de la buena fe de las personas.

Pero el caso no queda ahí, afortunadamente hay personas que, al percatarse del engaño y del jineteo, acudieron a la Profeco y la instancia gubernamental agilizó la entrega de las unidades.

Pero esto es un caso de dos o tres personas que lo hacen y que tienen información de cómo exigir que se cumpla lo que les ofrecieron en un principio los del autofinanciamiento.

Imagínese ¿qué hacen con decenas de miles de personas en todo el país? son víctimas de estas estafas; eso sí, permitidas jurídicamente. Ni modo.

Ojalá las autoridades tomen cartas en el asunto y chequen cómo pueden evitar que se jinetee el dinero de las personas que creen en el autofinanciamiento como alternativa más viable y pronta para tener un carro nuevo. Ya veremos.


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