Los diputados locales en Hidalgo alistan su salto de las curules a las campañas en búsqueda de presidencias municipales.
Ayer comenzó el desfile de aspirantes a candidatos con la licencia que se otorgó a ocho diputados, seis de Morena, una del PAN y uno más de Encuentro Social, quienes se estarán registrando en sus partidos para los procesos internos.
Este día se presentarán nuevas licencias, en su mayoría de Morena, con lo que se rompe por completo la estructura de la 64 Legislatura de Hidalgo; habrá quien diga que con las suplencias se cubre dichos espacios y que todos tienen la legítima oportunidad de votar y ser votados.
Sin embargo hay que considerar que la promesa de cambio con un Congreso donde por primera vez se tuvo una mayoría de oposición al gobierno del estado jamás quedó a deber. Primero porque no supieron manejar su mayoría de forma parlamentaria y con eficiencia política, segundo porque no sacaron un solo acuerdo de importancia más allá de querer darse a notar por nimiedades como los trapos sucios de otras legislaturas.
Atrás quedan entonces los debates por la interrupción legal del embarazo, o por los derechos de las personas con discapacidad o por los temas de adopción y de personas del mismo sexo que realizan trámites y servicios.
Hoy la agenda legislativa ya pasa a segundo plano, mientras los actuales diputados buscan espacios políticos para acomodarse por cuatro años en municipios como Pachuca, Tizayuca, Mineral de la Reforma, Actopan, Tula, Tulancingo, por mencionar las ciudades más grandes.
Veremos ahora cómo se dan las cosas con los diputados suplentes que deberán retomar los trabajos avanzados y no comenzar de cero ni proponer a lo loco por tratar de darse a notar de inmediato.
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