Este día comparecen ante el Congreso local dos de los secretarios del gabinete estatal que más influyen en la política económica hidalguense: José Luis Romo, titular de Políticas Públicas y Sergio Vargas de Sedeco. El tema de ambas comparecencias debe ser el de la economía del estado, sobre todo un día después de que se diera a conocer por parte de Inegi el crecimiento del sector informal como nunca antes desde el inicio de la pandemia. Y es que ante la crisis que ha dejado la falta de empleos y salarios bajos en el estado y buena parte del país, ¿qué o quiénes se han salvado de la descapitalización? Lo cierto es que la economía hidalguense no ha caído en un bache como en otros estados y hay sectores como el de la construcción, la administración pública o los propios comercios formales que no han entrado en recesión.
Sin embargo, destaca el hecho de que haya cada vez más informalidad entre quienes se dedican al comercio, a las ventas y hasta en los rangos profesionales, donde se ofrecen productos y servicios de alta gama sin contar con registros oficiales. Dicen los que saben de esto que cuando la economía informal florece es porque el modelo formal está mal y es algo tan lógico como difícil de contener. Los locatarios que pagan impuestos, que compran y declaran sus gastos, están preocupados ante el mercado informal que cada día les gana espacios. Las ventas son el sostén de muchas familias en Hidalgo y hoy en día, hasta por redes sociales se realizan todas las transacciones. De esto y más tendrán que rendir cuentas los secretarios estatales de Políticas Públicas y Sedeco, quienes presentarán seguramente un panorama de inversiones, de planes y proyectos, de manuales del buen gobierno, pero que deben aterrizarlo hasta el más bajo estrato de la población.
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