El Centro Hidalguense de Estudios Superiores, mejor conocido como Cenhies, está por cumplir su aniversario 31 y lo hace con un proceso de transformación y mejora continua.
Fundado en 1993 por Leonardo Ramírez Álvarez, ex magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Hidalgo, ex diputado local, presidente municipal de Actopan, docente de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, la institución educativa comenzó como una de las pioneras en la oferta privada para estudiantes de la entidad y otras latitudes.
Con el paso del tiempo el mercado educativo particular tuvo su boom y con ello la oferta creció de forma intempestiva, pero hoy el Cenhies ha iniciado un proceso de modernización único, y lo hace de la mano de Alejandro Chapey Ramírez Zúñiga, presidente del Consejo de Administración de la institución, quien ha comenzado a labrar su propio camino.
Chapey recién concluyó su etapa como síndico en el municipio de Actopan, fue un fuerte contendiente a la candidatura al ayuntamiento, preside su propia fundación desde hace varios años, y hoy es parte de la generación política y profesional que influyen en el estado.
Tras la pandemia que afectó a todas las escuelas privadas y públicas del país, en Hidalgo la situación se volvió crítica para muchas unidades que no supieron actualizarse o reponerse de la caída de matrícula o del fenómeno de la deserción, por lo que Alejandro Chapey supo comprender el momento y la situación por la que debía pasar el Cenhies y fortalecerlo en lugar de debilitarlo.
Hoy en la víspera de sus 31 años la institución comenzó su semestre agosto-diciembre con planes actualizados, plantilla renovada y una mejora sustancial en sus instalaciones, entendiendo que solamente buscando la profesionalización de todas sus áreas se mantienen como una opción competitiva.
La educación es sin duda el gran pilar de la sociedad y en épocas de transformación política también corresponde a los demás sectores estar a la par e incluso sobresalir en la formación de las actuales filas de ciudadanos, tanto escuelas públicas como privadas deben elevar su calidad y todo comienza con las bases, con las cabezas que dirigen los grupos de trabajo, con la buena administración y con la filosofía que deben impregnar en sus círculos cercanos, algo que ya está en marcha dentro del Cenhies.